Motivación no es tener ánimo, es tener motivos.
Y siempre estaremos más motivados para hacer más grande nuestra zona de confort que para salir de ella.
Salir de la zona de confort se ha convertido en una frase hecha en conferencias para empresas y en el mundo de la motivación profesional.
Estos mensajes estandarizados difícilmente pueden aumentar la motivación en la empresa o tener efecto en la gestión del cambio de los profesionales.
Su repetición genera habituación en los oyentes (ya no hacen caso) y su validez científica es dudosa, como la de muchos otros conceptos que se aplican en el ámbito del management y del desarrollo de la carrera.
Para “salir” de una zona de confort antes hay que visualizar otra zona de confort.
El objetivo profesional NUNCA puede ser salir de una zona de confort en la que se cuenta con la motivación y el rendimiento deseados.
El objetivo SIEMPRE es conseguir alcanzar una zona de confort y tomarla como base y trampolín para ampliarla gradualmente o para llegar a otra zona motivacional mediante nuevos retos y aprendizajes.
Es esperable que a los “expertos” que recomiendan siempre “salir de la zona de confort” les cueste dejar de hacerlo porque se sienten motivados en su zona de confort dando ese consejo ;)
No salgas de tu zona de confort, hazla más grande.

La zona de confort no es el sitio donde no te esfuerzas sino donde estás motivado
12 ideas prácticas sobre la zona de confort
¿En tu zona de confort rindes menos? Menudo bulo ;)
La zona de confort como un estado psicológico o de comportamiento en el que una persona percibe tener control y experimenta un nivel bajo de ansiedad y estrés.
En ese estado de “tranquilidad” se produciría un nivel aceptable y constante de rendimiento y satisfacción profesional gracias a que la incertidumbre, la escasez y la vulnerabilidad se minimizan porque creemos que vamos a contar con el apoyo, el talento, el tiempo y el reconocimiento necesarios para alcanzar los objetivos o desempeñar las tareas previstas.
En resumen, el concepto clásico de zona de confort afirma que si estás a gustito en tu empresa o en tu vida profesional solo rindes a un nivel “aceptable”, pero podrías hacerlo mejor si alcanzas una ansiedad óptima.

LEY YERKES-DODSON
El famoso experimento realizado con ratones por los psicólogos Robert M. Yerkes y John D. Dodson en 1908, encontró que la estimulación del rendimiento hace mejorar hasta un nivel determinado descrito como ansiedad óptima.
La llamada Ley Yerkes-Dodson describe que cuando se sobrepasa ese nivel, el rendimiento se deteriora ajustándose su comportamiento a una campana de Gauss.
El problema es que la “ansiedad óptima” es otro de esos factores pseudoexplicativos porque solo se conocen o se miden a posteriori, tras la ejecución. Y además es variable, no ya para cada persona, sino para cada contexto, objetivo y perfil competencial.
Podemos estar intuitivamente de acuerdo en que una “incomodidad justa” pueda tener alguna relación con una mayor productividad y eficacia en entornos profesionales, pero no sabemos si esa incomodidad es causa o consecuencia de la mejora o simplemente algo que sentimos mientras nos esforzamos.
El concepto “zona de confort” es circular
Es una mera etiqueta que describe una situación pero no la explica, como ocurre con frecuencia con las afirmaciones de las disciplinas menos científicas y de la mala psicología que solo llega a ser psicolabia.
Os pongo un ejemplo de psicolabia. Cuando un directivo no dirige bien a su equipo, muchos expertos “explican” que se debe a su “falta de liderazgo”. Y cierran ese círculo afirmando que no tiene liderazgo porque no dirige bien a su equipo.
Con las “explicaciones” basadas en el factor “zona de confort” ocurre algo similar: solo los profesionales que salen de su zona de confort son los que crecen y mejoran; y sabemos que los profesionales mejoraron porque salieron de su zona de confort.

Tu zona de confort es el sitio donde estás motivado
Tu zona de confort no es un lugar, son tus motivaciones actuales
Cambia la forma en que vives y cambiará tu zona de confort (tus motivaciones actuales).
Tu objetivo profesional nunca puede ser ni será salir de tu zona de confort, eso es una mera metáfora que pretende ser motivadora pero que no describe la realidad.
No puedes abandonar lo que te motiva actualmente, no puedes desmotivarte por algo y motivarte por otra cosa de forma automática y simultánea simplemente porque alguien lo recomiende o pretenda imponerlo, ni siquiera tú mismo.
El cambio profesional y el cambio en la empresa tienen su reglas. Si quieres cambiar tus motivaciones profesionales debes cambiar comportamientos cotidianos, hábitos, contextos y relaciones cotidianas. Y, como directivo, si quieres cambiar tu organización debes modificar los incentivos y los principios motivacionales que aplicas en la gestión de personas.
En síntesis, el objetivo de cualquier profesional es mantenerse en su zona de confort actual (satisfacer sus motivaciones actuales) o adaptar esa zona de confort creando nuevas motivaciones.
Solo abandonas tu zona de confort cuando ya no lo es o cuando quieres llegar a otra zona de confort
Nunca dejamos de estar en una zona de confort, pero es dinámica y cambiante porque se reajusta en función de nuestras motivaciones actuales.
Motivación no es tener ánimo, es tener motivos. Por eso siempre estamos “motivados”, bien para conseguir lo que queremos, bien para evitar lo que no queremos. Siempre tendemos a hacer lo más confortable (o lo menos “incorfotable”) para nosotros según nuestras motivaciones actuales.
Por definición, seamos o no conscientes de ello, nuestros comportamientos de logro siempre se alimentaron de una motivación “positiva” que superó los obstáculos y las motivaciones negativas relacionadas con la ansiedad.
El objetivo de salir de tu zona de confort es llegar a otra. Lo explica bien este tuit de @serafincuidando :)

Salir de la zona de confort para buscar otra
Los retos difíciles también los perseguimos sin salir de nuestra zona de confort.
Cuando realizamos grandes esfuerzos, asumimos riesgos o nos implicamos en la persecución de grandes retos no significa que estemos saliendo de nuestra zona de confort, lo que significa es que en determinados contextos y momentos vitales, esforzarnos, arriesgarnos y exigirnos son motivadores para nosotros, aunque desde el punto de vista de un observador puedan no parecerlo.
Para un escalador, escalar es una actividad que forma parte de su zona de confort. Para un directivo innovador y para un profesional motivado por desarrollar su carrera, lo confortable consiste en establecer nuevas metas profesionales y asumir riesgos.
Solemos cambiar, aprender y aplicar nuevas competencias en contextos diferentes sin experimentar niveles especiales de ansiedad o de riesgo. Y al contrario, a veces arriesgamos mucho más por diversas razones (presión social, falta de información, malas decisiones) sin obtener especiales ventajas o avances.

Motivación no es salir de tu zona de confort, es hacerla más grande
Los esfuerzos que hacemos no tienen como objetivo salir de nuestra zona de confort sino mantenernos en ella.
Cuando decimos que una persona que aprende un idioma está “saliendo de su zona de confort”, simplemente es porque no conocemos bien su zona de confort, es decir, su zona de motivación. Alguien que dedica tiempo y esfuerzo a desarrollar una nueva habilidad o adquirir un nuevo conocimiento por definición lo hace porque está motivado, porque disfruta de “suficiente confort”, independientemente de cuáles sean las fuentes de esa motivación y de la conciencia que tenga de que existan.
Los objetivos nuevos y/o difíciles que nos planteamos implican esfuerzo y nuevos aprendizajes que no pretenden sacarnos de nuestra zona de confort sino mantenernos en ella ajustando siempre el balance entre lo que invertimos (disconfort puntual) y lo que conseguimos: motivadores nuevos y/o mayores como nuevos aprendizajes útiles, relaciones, reconocimiento, ingresos, etc.
En la mayoría de los casos, el comportamiento de “tomar iniciativa” que siempre exige un cambio o un esfuerzo, tal vez pueda parecer “poco confortable” desde la posición de un observador. Pero seguro que si analizamos en cada caso el contexto motivacional específico, descubriremos que cuando tomamos iniciativa lo hacemos para mantenernos lo mejor posible en nuestra zona de confort, porque no esforzarnos o no cambiar sería menos ventajoso o menos confortable.
No hay una sola zona de confort, hay tantas como personas y motivaciones
La zona de confort es distinta entre personas y diferente para una misma persona en diferentes contextos motivacionales y diferentes objetivos.
Un joven puede evitar sentirse avergonzado bailando en una fiesta con su familia y sin embargo estar muy a gusto haciéndolo con sus amigos. Un directivo que ha conseguido grandes éxitos profesionales en un determinado sector empresarial, puede percibir muchos más obstáculos en un nuevo sector en el que deba desarrollar nuevas competencias, establecer una nueva red confiable de networking y conseguir los primeros logros para obtener reconocimiento y liderazgo.
En todos los casos en que nos planteamos metas, la ansiedad que sufrimos y los obstáculos a superar serán diferentes en cada caso. Pero lo que no variará es que si conseguimos esforzarnos para avanzar no será porque estemos saliendo de nuestra zona de confort, sino al contrario, porque habremos encontrado o construido un contexto más confortable o motivador, o menos “inconfortable” o menos desmotivador que la alternativa, que no intentarlo.
El joven bailará delante de su familia si eso le hace sentir mejor (o menos mal) que no bailar, por ejemplo, para evitar las invitaciones continuas para que lo haga. El directivo tendrá que ponerse las pilas en su nuevo sector de trabajo porque no hacerlo le supondrá una situación mucho más desventajosa que no hacer nada. Ambos buscarán mantenerse o llegar a la mejor zona de confort posible.
La zona de confort nunca es la que abandonamos, es aquella en la que vivimos
Un hombre de familia mediados los 40 años dejó su trabajo como socio directivo en una firma de derecho corporativo para escribir una novela. Él no tenía ningún editor o agente editorial en este punto, algo trascendental para poder pensar en escribir y publicar una novela. Él sólo decidió perseguir algo que siempre quiso hacer, quiso perseguir un sueño.
¿Salimos de nuestras zonas de confort o las cambiamos para hacerlas más motivadoras o menos desmotivadoras? Tendemos a afirmar que nuestra zona de confort siempre es la actual, sin analizar bien el contexto motivacional.
Efectivamente el estatus del directivo en la empresa seguro que le reportó y seguía reportándole algunas satisfacciones y ventajas, pero no las suficientes, no mejores que las que le ofrece su nuevo objetivo como escritor. Dicho de otra forma, el ejecutivo no salió de su zona de confort, en realidad salió de una zona poco confortable. Otra cosa es que a muchos observadores la situación de la que huye nuestro protagonista les parezca super confortable para ellos mismos ;)
Es posible que la “persecución de su sueño” conlleve al escritor en ciernes la presión y la incomprensión de familiares, amigos y compañeros, pero eso no evita que su zona de cambio siga siendo de confort o de mayor confort que la anterior.
Zona de confort versus zona de disconfort: la insatisfacción no siempre motiva el cambio
Puedes estar en una “zona de disconfort” pero tampoco decidir cambiar porque el cambio exija más esfuerzo que “aguantar”.
Una cosa es estar en una zona de confort y no cambiar y otra cosa es estar en una zona de disconfort y, a pesar de ello, tampoco tomar la decisión de cambiar.
Cuando estamos en una zona de confort es esperable que las personas nos planteemos cambios a menos que encontremos alternativas o destinos claramente mejores y caminos concretos, visibles y motivadores para llegar a esos destino. Por ejemplo, un profesional que se encuentra razonablemente satisfecho en un determinado puesto de trabajo puede plantearse el cambio a otra empresa ante ofertas que incluyan una promoción profesional, unos ingresos más elevados o beneficios relacionados con el estilo de vida, como la flexibilidad horaria, la cercanía del puesto de trabajo al hogar o servicios complementarios como seguro médico, gimnasio o guardería en la oficina.
En la última situación, estar en una zona de disconfort, los profesionales no siempre cambian aunque se encuentren a disgusto porque no reciban o perciban alternativas profesionales menos malas o mejores, porque los métodos o vías para acceder a esas alternativas no estén claros y/o porque el esfuerzo que deben hacer a corto plazo o medio plazos para conseguir esas oportunidades es percibido como demasiado alto respecto al esfuerzo por mantenerse y aguantar la situación profesional actual.
Si quieres que tus empleados salgan de su zona de confort muéstrales otra zona de confort
Cuando un directivo recomienda “salir de su zona de confort” a sus empleados, generalmente lo hace para mantenerse en la suya propia. Por otra parte, una actitud perfectamente entendible por ser una tendencia humana, como vengo argumentando en este artículo ;)
La recomendación de salir de la zona de confort que muchos directivos y consultores dirigen a los trabajadores suelen ser percibidas, no como una invitación motivadora y razonable para la mejora de la situación de cada profesional y de la organización, sino como una orden velada que suele indicar que las condiciones laborales podrían empeorar y las exigencias a los empleados van a aumentar sin especiales contraprestaciones o compensaciones.
Los directivos que pretenden generar cambio en el comportamiento y en la eficacia de sus empleados guiándolos desde su posición actual (la supuesta zona de confort) hasta otra más deseable por parte de la empresa, deben esforzarse por convertir y presentar ese nuevo destino como una situación también deseable por parte de los trabajadores.
Como directivo, si quieres que tu gente salga de su zona de confort, propónles otra zona de confort.
Y como profesional que te planteas tu propia mejora, sigue también la misma regla: convierte gradualmente tu nuevo objetivo en una zona de confort que compita con la actual.
Muchos que recomiendan a los demás salir de su zona de confort lo dicen desde su propia zona de confort.

Para ampliar una zona de confort hay que ver otra zona de confort
Seis consejos para sacar partido de tu zona de confort
Si quieres sacar partido a tu zona de confort profesional, mantenerte en ella por más tiempo, evitar que te expulsen o sacarle más partido, te ofrezco estos seis consejos. Dime cuál vas a aplicar ;)
1. Amplia tu zona de confort. Crea gradualmente nuevos intereses y motivaciones hacia los objetivos que has establecido, mediante nuevas y variadas experiencias que no requieran mucha inversión ni esfuerzo y con microplanes que te permitan avanzar paso a paso.
2. Cultiva la polivalencia. Aprende y perfecciona competencias transversales que te permitirán adaptarte en un tiempo razonable para ser un profesional valioso en varios sectores, profesiones o funciones.
3. Especialízate. Conviértete en referente en un determinado sector o ámbito ocupacional dominando una o varias competencias específicas y una o varias herramientas o aplicaciones. Cuanto más experto eres en algo más motivado y profesional te sentirás.
4. Indaga nuevas alternativas profesionales. Valora continuamente nuevas “zonas de confort” potenciales, encuentra nuevas opciones laborales potencialmente motivadoras
5. El mejor cambio puede ser permanecer. Antes de decidir un cambio importante, prueba, da el siguiente paso pequeño y simula escenarios profesionales alternativos.
6. Observa y aprende de los profesionales a los que quieres parecerte. Conoce sus métodos, mantente en contacto con ellos y súmate a su “comunidad”.
La recomendación de salir de la zona de confort que muchos directivos y consultores dirigen a los trabajadores suelen ser percibidas, no como una invitación motivadora y razonable para la mejora de la situación de cada profesional y de la organización, sino como una orden velada que suele indicar que las condiciones laborales podrían empeorar y las exigencias a los empleados van a aumentar sin especiales contraprestaciones o compensaciones.
Cuantas veces se utiliza esta recomendación velada …
Magnífico artículo, gracias.
Hola Alfonso, gracias por acercarme a tus puntos de vista sobre la zona de confort, te confieso que nunca lo había visto de esa manera, muy útiles tus reflexiones. Saludos
Muy buen artículo sobre “la zona de confort”. Muchas gracias!!
Le has dado la vuelta a todo lo que había aprendido sobre “la zona de confort “, por ello te estoy agradecido.
Gracias por este artículo tan interesante.
Siempre pensando en que era ‘valiente’ por querer salir de mi zona de confort, para darme cuenta que lo que busco es el ‘confort emocional’ que me da ir a por nuevos retos.
Gracias!
Qué buen apunte, Jaione. Veo que has pillado el fondo del artículo, no es fácil porque estamos acostumbrados a entender y usar el manido tema de la zona de confort de otra forma.
Para algunos su zona de confort consiste en hacer esfuerzos para mantener su estabilidad; mientras que para otros es buscar nuevos retos, como tú bien dices.
La zona de confort es el estado en el que una persona se siente MOTIVADA, y la motivación de cada persona es diferente.
Me parece muy interesante lo que planteas por ser diferente…Pero pienso que es una óptica distinta sobre un fondo parecido. Puede llamarse salir de la zona de confort o ampliar tu zona de confort, el caso es que somos animales de costumbres y muchas veces en la vida no nos atrevemos a abandonar esos hábitos que en realidad no nos hacen felices por miedo al cambio o a las consecuencias que traigan.
Y tienes razón, se ha abusado mucho del término.
Saludos!
Laura,
Una cosa es estar en una zona de confort y no cambiar y otra cosa es estar en una zona de disconfort y, a pesar de ello, tampoco cambiar.
En la primera situación, estar una zona de confort, es lógico y esperable que las personas no cambiemos a menos que encontremos una alternativa o destino mejores y un camino gradual para llegar a ese destino.
En la última situación, estar en una zona de disconfort, los profesionales no siempre cambian aunque se encuentren a disgusto porque el esfuerzo percibido que deben hacer a corto plazo es mayor que el esfuerzo por aguantar la situación.
hola
agardezco su informacion,bueno sin duda hay que proyectarse y accionar en los temas principales y reinventarse, saludos desde chile
me ha gustado esta información, gracias por compartir! gracias por el post!!
Expandir la zona de confort es difícil, pero necesario. A veces uno crea hábitos en base a estrategias y tácticas que funcionaron en determinado momento, pero el mundo cambia, la tecnología avanza, las sociedades evolucionan… y debemos ser capaces de desaprender y reaprender para no caer en la obsolescencia. Como dice la famosa frase atribuida a Albert Einstein: “La definición de la insanía es hacer la misma cosa una y otra vez y esperar resultados diferentes”
Pues mira Alfonso que estoy deacuerdo con tus reflexiones sobre la tan manida zona de confort, que yo estoy viviendo casi paso a paso exactamente lo que nos relatas en tu articulo.Que pena no haber podido leer este articulo hace unos cuantos meses, pero bueno a pesar de todo, vuelve a ser otra gran experiencia en mi vida y a tirar adelante. No obstante tienes mucho merito, por que creo, que aquella persona que se encuentre en una situación similar en la vida, ya sea personal o profesional, seria bueno que tomase este articulo como una gran referencia incluso yo me atreveria a decir que lo aplique desde el principio al fin, incluidos esos consejos finales.
Muchas gracias, Alfonso un abrazo!!!
Para mí con la zona de confort ocurre lo mismo que con ese famoso cuestionamiento que popularizó Mota: “si hay que ir se va, pero ir pa na…” A veces hasta resulta cansino el mensaje de “sal de tu zona de confort”. Mire usted, ¿por qué tengo que salir si es donde realmente estoy a gusto? En mi opinión, y como creo que apunta Alfonso, hay que tener motivos para salir, ampliarla o cambiarla, según queráis verlo.Tal vez sea más oportuno comenzar a hablar de disconfort.
Acá desde Bs As! Hace poco que empece a seguir tus articulos en la pagina y en instagram. Me parecio interesante que son actuales y que los contenidos sean extensos. Sobre todo para los que estamos en el área de RRHH y consultoria.
Quizas para nuestro caso son muy interesantes tus articulos por su extension y profundidad y para los mas jóvenes tiene llegada algunos tips mas en concreto porque no quieren leer tanto..