En el Silencio de los Corderos, con su habitual estilo de ‘coaching‘ tan eficiente como escalofriante, Hannibal Lecter iluminaba a la agente Clarice Starling en su investigación sobre el caso de un asesino en serie:
“¿Qué es lo que nos mueve? La codicia. ¿Qué es lo primero que codiciamos? Codiciamos lo que vemos”.
Si vives en un pueblo de 50 habitantes y no viajas ni te relaciones demasiado, posiblemente acabarás casándote con el vecino/a que esté más potable o con quien esté dispuesto a hacerlo contigo (a casarse, me refiero), y que por razones estadísticas es más que posible que sea el/la único/a de la aldea en edad de merecer. Por supuesto, lo harás por amor. Y es que el amor es ciego pero sobre todo circunstancial.
Muchas personas acaban enamorándose de sus compañeros de trabajo o de estudios lo que revela que las medias naranjas suelen crecer y caer del árbol que está justo en el lugar donde solemos pasar más tiempo o que nos pilla más a mano. Es el famoso amor de cercanías, que parece indicar que por encima de las características particulares de cada fruta cítrica lo que más nos importa es el zumo.
Este circunloquio nos lleva derechitos a hablar de la libertad del hombre (y de la mujer). ¿Elegimos lo que queremos o queremos lo que elegimos? Si echamos un vistazo a nuestra vida diaria posiblemente comprobaremos, tal vez con sorpresa, algunos con resabida resignación, que solemos elegir entre las alternativas de las que disponemos o entre las que se nos ofrecen en un momento determinado, o simplemente rebuscamos entre las opciones que nos dejan.
La primera fase de un proceso de coaching siempre comienza con preguntas que ayudan a la persona a indagar alternativas. Acciones sin opciones son músculo sin análisis, pasos sin perspectiva. Elegir mola mucho, ofrece una adictiva sensación de libertad sin mayores efectos secundarios que la ignorancia de lo que rechazamos de forma pasiva, sin saberlo, muchas otras alternativas que no hemos tenido la oportunidad ni de olisquear. Las buenas decisiones no dependen tanto de la elección en sí como de las opciones que teníamos al decidir. Y el hecho mismo de disponer de alternativas, y de la habilidad para buscar otras nuevas, tiene mucho que ver con eso de ser feliz.
Pero ojo, la felicidad cuesta, encontrar opciones y oportunidades, cuesta. Y ahí es donde empezamos a pagar con sudor: indagando, sopesando, conociendo, sin dejarnos embaucar por la inercia y el canto de sirenas de los amores de cercanías. El buen asesoramiento, la buena orientación profesional, no tiene tanto valor añadido por trabajar con lo que existe, con lo que el cliente ya tiene sobre la mesa, como cuando se pone en juego aquello que no se ha considerado. Hay más de 10 formas de elegir más los estudios, y la mayoría de ellas comienzan con no dedicar la suficiente atención y cariño al análisis de las alternativas.
Uno de los mejores trucos de coaching es enseñar a sacar conejos desconocidos, conejos nuevos de la propia chistera. Tras conocer una amplia variedad de ocupaciones, profesiones, especialidades formativas regladas y no regladas, ofertas de empleo o alternativas de carrera, laborales y personales, tal vez el cliente decida quedarse con su conejo de peluche de siempre, el que le ha acompañado en sus sueños y en sus duermevelas. Estupendo. Entonces habrá ELEGIDO, sí, con mayúsculas, y seguirá adelante sabiendo lo que deja atrás y convencido de que persigue un objetivo de valor. Las buenas decisiones dependen de lo que eliges, pero sobre todo de lo que decides rechazar.
Generar alternativas es el trabajo más difícil en coaching, pero es también el que produce más cambio. Ya lo dijo el autor de El Principito:
Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.
En tiempos tan líquidos buscamos inevitablemente la estabilidad, a veces por comodidad, otras como un altiplano con perspectiva que nos permita planificar el futuro siempre incierto. Ante cada opción, ante cada elección tomada siempre surgen las mismas preguntas: ¿será un amor para siempre? ¿Una relación interesada? ¿Un matrimonio de compromiso? ¿Un rollo de un quinquenio? Creo que seguiré quedando con otras de vez en cuando. Por si acaso deja de quererme.
Leyendo algunos de los artículos que has publicado he de decirte que me has ganado como lector, muy interesante y lo más importante, te deja pensando un rato.
Gracias, Oscar ¡ Siento dar esa molestia ¡ ;-) Un saludo desde Sevilla.
Muy interesante análisis sobre cómo tomamos las decisiones.
Permíteme, sin embargo, tomar las dos últimas frases para enlazar con otra cuestión. ¿Qué hacemos una vez hemos tomado la decisión y, con el tiempo y por la razón que sea, no nos satisface completamente?: ¿Nos seguimos preguntando una y otra vez por qué no tomamos otro camino? ¿Lo dejamos todo y empezamos de nuevo? ¿Trabajamos por corregir lo que no nos gusta de lo que tenemos? Quizás en lo laboral o profesional sea más fácil tomar decisiones, pero no lo veo tan claro en el ámbito personal o emocional.
Un abrazo.
Cuando tengas dudas da el siguiente paso pequeño… :-)
¡Otra diana, Alfonso! ;-) El Principito contesta a todas nuestras dudas existenciales. Gracias por recordárnoslo.
Ayer te extrañamos en El Día de la Persona Emprendedora de Málaga, donde te descubrí hace un par de años. Fue un día genial. ¡Feliz día para hoy!
Gracias, Gloria ¡ Creo que te acabo de localizar también en Twitter :-)
Santi, ya sabes, depende :-) La orientación o el coaching deben ser personalizados, habría que ver cada caso. Pero en general, soy amante de no cambiar fácilmente. Cambiar está sobrevalorado.
https://yoriento.com/2007/09/7-ideas-radicales-sobre-el-cambio-radical-en-la-empresa-el-trabajo-y-las-relaciones-125.html/
En todo caso, antes de cada cambio propongo, como comento en el artículo, dedicar tiempo y energía suficientes a generar y analizar alternativas. Muchas veces, con este análisis previo llegamos a tener suficiente perspectiva.
¡Gracias, Alfonso! Ya te vi ;-) Tengo también perfil profesional @esplinGo desde el que también te sigo, en estéreo :D
Muy interesante, pero relativo… como casi todo. Y es que en el proceso de toma de decisiones para elegir un trabajo/ocupación/profesión, no intervienen los mismos agentes que cuando se trata de elegir pareja, por una sencilla cuestión: la mayoría no podemos vivir sin trabajar, lo que nos empuja muchas veces a elegir mal porque “no nos queda otra”. Si, ya sé que aún en este patético caso, hemos elegido conociendo las alternativas, pero no con libertad absoluta, sólo de pensamiento, pues aunque sabes (o crees) que otra alternativa es mejor, te resulta inalcanzable. En este caso, no te sientes libre, sino frustrado.
En el caso de elegir pareja, es más fácil, al menos para mi. “Pienso, luego elijo” es mi frase, y mientras no veo alternativa que me satisfaga o ésta no está a mi alcance, elijo “nada”, o sea, quedarme como estoy, pero en este caso, sin frustración, porque tengo la certeza de que lo he elegido sin imposición y que, además, uno de los pilares de la felicidad es no crearnos necesidades.
Saludos.
… es decir, que aplicado al trabajo, es como un matrimonio de conveniencia pactado por tus padres, mientras en el ámbito de la pareja, quedarse soltero/a es una elección de la que se puede disfrutar… y mucho (en todos los sentidos).
A veces y cuando se refiere al trabajo hay una alternativa que por lo general no tenemos en cuenta ni siquiera nos la planteamos, la posibilidad de hacer lo que queremos y por nosotros mismos, es decir, autónomos, empresarios, dueños de nuestro tiempoby quehacer. ¿cabe esa posibilidad? Creo que mucha gente tiene pánico a lanzarse por si mismo.
Sin olvidarnos del miedo. Muchas veces eliges lo que tienes a tu alrededor por que tienes miedo a lo desconocido, a no encontrar lo que buscas, al rechazo… te conformas con lo que hay.
uy, el miedo… ése es el peor inhibidor de la felicidad, en todos los terrenos. Ya lo decía Rojas Marcos y estoy de acuerdo, porque nos autolimita, por si no tuviésemos ya bastantes limitaciones externas…
Mas que miedo a lo desconocido, ¿No será miedo a uno mismo? ¿el famoso miedo a la soledad?
Hola… Me encantó este artículo. Me quedé pensando en algunas decisiones de mi vida. Cuántas veces me he movido dentro de lo conocido y cuántas veces he salido a explorar? A veces elegir también es rechazar, y a veces hay que saber qué rechazar. Qué artículo tan bueno. Da para tertulia.
Saludos desde Colombia.
Y cómo hago para sacar, en términos laborales, nuevos conejos de mi propia chistera?? no lo veo tan fácil en la práctica…
Muy interesante, decidir no es nada fácil. Una de mis luchas es que mi alumnado elija adecuadamente las opciones académicas-profesionales a su disposición. Gran parte de ellos no lo hace basándose en su realidad, sino en otras cuestiones: “lo que me han dicho que tiene salida”, “lo que van a hacer mis amigos”, “los buenos van a ciencias”, “con esta profesión se gana dinero”…. ¿Cómo hacer que elijan mejor? Me lo pregunto todos los años, a pesar de enseñarles a tomar decisiones.
Saludos
Tener en cuenta varias opciones está bien pero tener en cuenta demasiadas opciones es mala idea. Este post me ha recordado a una conferencia que vi hace años llamada “La paradoja de la elección” de Barry J. Schwartz.
Se puede ver online:
http://www.ciudaddelasideas.com/videos/view/35
Tomar decisiones (y llevarlas a cabo) es muchas veces una tarea harto difícil… (Al artículo me remito…)
Saludos,
Un tema planteado con mucho acierto,gracias por compartirlo. Pero echo de menos la situación en la que se debe tomar una decisión después de meses sin empleo, donde no es fácil elegir en libertad, porque hace falta tener ingresos sí o sí. En este caso sería algo parecido a hacer autostop para llegar al pueblo o ciudad mas cercanos. Hay una mezcla de voluntad, incertidumbre y suerte. Un saludo.
Solo una anotación: “Hay más de 10 formas de elegir más los estudios” supongo que quisiste poner “mal”.
Buen artículo.
Un saludo.
¡Qué interesante! Amores de cercanía, y amistades, cuando lo estudié en psicología me quedé un poco pesarosa, resulta que mis mejores amigas vivían en los bloques más cercanos, claro compartíamos conversaciones de camino al cole y de vuelta a casa… en cuanto a la toma de decisiones, es complicado, muchas veces nos movemos por la inercia, por lo “
ups, se ha mandando sin más… decía “por lo que toca” sin pensar mucho más. Por eso pienso que cuando sufrimos una “crisis” de la índole que sea, es un síntoma de que algo tenemos que cambiar. Asumirlo es difícil y llevarlo a cabo, más, pero es mejor que ignorarlo y aferrarnos a la comodidad de lo conocido, porque a la larga puede pasar factura.
Un saludo!
agentelaboral.blogspot.com
Amigo Alfonso, siempre en tu línea. Me gusta tu aportación y la importancia que añades a la siempre difícil pero eficaz gestión de alternativas suficientes para que la decisión final sea un hecho REAL de libertad y una elección que genere pues la responsabilidad suficiente.
Un abrazo
Me ha encantado el artículo, aunque me preocupa un poco ver que tienes la web un poco desactualizada. Aprovecho para felicitar a todos el 2012 y recomendar este artículo en donde hablo de como cumplir los propósitos navideños:
http://www.ivansanz.com/2012/01/01/como-cumplir-tus-propositos-de-ano-nuevo/
En un mundo real, donde la libertad plena no existe, ya que normas o incluso la cultura social nos condicionan a la hora de elegir entre unas alternativas u otras, ¿tenemos pleno acceso a todas las alternativas existentes para así realizar una Real Elección?
La naturaleza de los seres humanos es egoístas y esto provoca que entremos constantemente en conflictos y para evitarlos, creamos unos instrumentos de gobierno o instituciones, que consideramos legítimos, que nos ofrecen seguridad. Lo que pasa que estas instituciones están creadas a partir de unos ideales, dados por la sociedad y estos crea la acción política de la institución. Así esta política pueden favorecer o ocultar las diferentes alternativas y así impedir una libre visión de este conjunto de alternativas para la elección real.
Por lo tanto la libertad de elección se hace en un ámbito muy limitado y en este la alternativa que egoístamente es más buena para nosotros es la que nos da la felicidad.
me ha parecido revelador lo que comentas en este artículo, pero es un tema complejo en el que es difícil pensar en una sóla dirección. uno tiene que elegir la carrera pero tiene tantas opciones donde elegir que no sabe cual escoger. es muy cierto que nos dejamos llevar por lo que conocemos o lo que tenemos cercano, y es una lástima que no tengamos mas información. Hay es donde considero entre el trabajo de un buen orientador laboral. yo mi caso descubrí mi profesión por casualidades de la vida y resulta que me gusta, y mucho, lo que me hace pensar…cuantas cosas hay ahi fuera de las cuales podría disfrutar, más de lo que lo hago, trabajando? Hay que conocer para poder decidir.
Totalmente de acuerdo, y más ahora que me he ido a vivir a un pueblo…pero de momento aguantando el tirón, Sobre eso mismo escribí un post en mi anterior blog llamado “amor de verdad vs. miedo a la soledad”, ya que es tan común ver parejas unidas más por el miedo a estar solas que porque crean que juntos se harán mejores el uno al otro.
Y ojo porque son actitudes que en efecto se trasladan a la vida profesional.
Dejo el enlace con tu permiso: http://levantatecorreyvuela.wordpress.com/2014/01/02/amor-de-verdad-vs-miedo-a-la-soledad/
No es verdad, a veces encontramos el amor dónde menos lo esperamos. El amor verdadero y es tan fuerte, que nos hace sentir vulnerables, no controlamos, nos sentimos desprotegidos, bobos, adolescentes, nos asustamos de que tanto sentimientos, tanto felicidad pueda desaparecer. Y hay quien huye y se arrepiente toda su vida.
En estos momentos del confinamiento descubres muchas de tus malas decisiones, de decisiones tomadas por salir adelante, por sobrevivir pero que no te han dado ni llevado a la felicidad, que han escondido la persona que realmente eres, que permanece dormida en tí, por la falsa idea de lo que debes hacer, anteponiendo la felicidad de los que te rodean a la tuya propia. Pero te adaptas, si eres una persona positiva, hasta tus errores son logros y ocurrieron por algo, hasta lo que pierdes es por algo, y sabes que al final, conseguirás y estarás, donde quieres estar o simplemente te cansarás de esperar como en Pretty Woman que Richard Gere venga a recogerte, a rescatarte.!
No podemos juzgar las decisiones que tomen otros, todos tenemos nuestras miserias, nuestras mochilas, nuestros miedos o nuestras pocas oportunidades de dedicar nuestra vida a lo que realmente nos gusta, nos apasiona y nos hace sentir bien.
Estoy encerrada, es donde tengo que estar pero lo que más me duele es que ahora más que nunca lamento no estar en primera línea de batalla, ayudando a todas esas personas que lo están pasando mal. Porque ahora más que nunca siento que no quiero morir sin dejar huella….sin dejar mi huella.
Me parece muy importante e interesante ,esto me pone a pensar que existen casos reales por qué lo he visto ,incluso he escuchado que un joven se casa con su primer novi@ ,es como lo dicen los señores de mi pueblo ,lo que dice este texto me lo han dicho mis padres ,no nos debemos de cerrar a conocer más personas ,la pregunta que me pone a pensar es la siguiente¿Elegimos lo que queremos o queremos lo que elegimos ? ,al igual nos hace pensar en las decisiones que tomamos y cuál es la que nos satisface .
Gracias por poner en nuestra mente claridad.