La más sencilla, intuitiva y contundente explicación de las razones que han fundamentado el manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet, la he encontrado curiosamente en El País, eso sí, en una carta de un ciudadano amante de la música al director de esa publicación, y a través de una anotación en Twitter de Enrique Dans.
La misiva de Víctor Ovies, de Granada, que lleva por título “Descargas ilegales”, nos trae un poco de luz a aquellos que están y estamos viviendo esta revuelta en la Red desbordados por la información y los tecnicismos legales, y bombardeados con argumentos torticeros por parte sobre todo de la industria de la música y de los mass media tradicionales. Y en medio, un gobierno que creo no acaba de enterarse de que los tiempos han cambiado para siempre.
Con el objeto de mantener el obsoleto e insostenible modelo de negocio de la industria musical y audiovisual se intenta criminalizar la nueva cultura de participación y de compartición desarrollada en internet. Pero el verdadero debate no gira alrededor de la gratuidad sino de la libertad. Y eso es lo que se puede leer en esta carta.
La viñeta es de Eneko.
Tengo 50 años y quiero decirle a Luis E. Aute que en los años setenta, cuando yo era solamente un adolescente, mis amigos y yo teníamos sus canciones grabadas en cintas de casete. No recuerdo quién era el que tenía el original, si es que alguno lo tenía. Solamente recuerdo que nos copiábamos los temas sin sentir jamás que hacíamos daño alguno a su intérprete y compositor. La piratería musical era un concepto desconocido entonces y, en cualquier caso, creo que todos compartíamos la sensación de que al copiarnos las canciones estábamos demostrando nuestra devoción hacia el artista. Tener sus cintas era una marca de identidad. Aunque no creo que ni nosotros mismos supiésemos bien lo que éramos.
Desde entonces hasta hoy he ido a infinidad de conciertos de Aute, y he pagado con gusto por verle actuar en directo. No tuve jamás, ni tengo ahora, la sensación de haberle privado de nada, ni de haberle robado nada. Más bien al contrario, siempre pensé que al reproducir su música le hacía publicidad.
Todos estos recuerdos me han asaltado de pronto al imaginarle hoy en Madrid, clamando soluciones contra la piratería y afirmando junto a otros compañeros del sector que la música es cultura, aunque curiosamente no hayan ido a entrevistarse con la ministra de ese departamento, sino con el ministro de Industria y Comercio. Dicen que la música puede desaparecer en cinco años. La verdad es que la música no desaparecerá jamás, porque efectivamente es cultura y forma parte de nuestra identidad como seres humanos. Lo que tal vez sí pueda y deba desaparecer es el negocio tal y como está montado, o al menos tendrá obligatoriamente que adaptarse. No nos engañéis y no dejéis de llamar a las cosas por su nombre. Mucha suerte con vuestro negocio, y muchas gracias a Aute por aquellos años maravillosos en los que escucharle era de verdad cultura y, al contrario que hoy, todo un placer.
Yo también leí la carta dirigida a El País esta mañana y me encantó. Para mi opinión, lo más preocupante de todo es el cambio conceptual que se está aplicando a muchos hechos que antes también ocurrían: lo que antes era grabar cintas ahora es piratería industrial, lo que antes se llamaba “no me apetece terminar las vacaciones y volver al trabajo” ahora se llama “Síndrome postvacacional”, etc etc….como sigamos así todos naceremos dentro de la cárcel como prevención, y pocos a poco iremos saliendo si no pirateamos ni tenemos ningún “síndrome”.
Saludos, Oliver
Recuerda que prácticamente todos somos “obesos”=enfermos_de_sobrepeso… Aunque para médicos y psicólogos todos tenemos ya varias enfermedades. Quizá es porque ellos, toda esta gente, son los que tienen un problema mental.
Si es lo que digo yo, nos tendrían que pagar por hacerles publicidad.
http://lawarradelosmundos.com/ramoncin-denuncia-a-su-madre-por-llevar-una-foto-suya-en-la-cartera/
;-) hasta aquí hemos llegado, ;)
Estoy de acuerdo con vuestros planteamientos. Se acabo el negocio, pero la cultura seguirá, ¿ de qué manera ? No parece estar muy claro, pero es un campo abierto de muchísimas posibilidades. Yo por mi parte he hecho una pequeña reflexión, sobre el poder y la imagen. Seguramente los cantantes, grupos o actores de turno no serán mucho más tiempo los dioses del Olimpo de nuestros días. Habrá otras figuras notorias pero nuestros hijos no nos dirán, como decía Loquillo en su canción, aquello de la “rock and roll star”.
Quiero ser optimista y pensar que estamos muy cerca del futuro y que nunca la creación artística se había democratizado tanto. Espero que permita de verdad mucha creación y de calidad y que todos lo podamos disfrutar ¡ ¡ ¡ ¡
Hola amigo, no sabía que tenian un proyecto en puerta. Parece que la influencia de nuestro presidente ya llegó a España. Argentina anda en lo mismo. Europa tan avanzada luchando contra la globalización? Que va a seguir?
Alberto
Realmente estoy de acuerdo con lo que opina Victor Ovies Arenas en su carta. Yo hacía copias en casets y luego en cds de la música de las bandas que me gustaban, se los copiaba a mis amigos, se los hacía conocer, y luego los iba a ver en vivo a los shows que hacían.
Lo mismo creo que el paso del tiempo hace que las formas cambien, junto con la evolución de la gente, y hay que saber adaptarse. Creo que donde pueden ganar dinero las bandas es dando conciertos, haciéndose más y más conocidos, y cuanta más gente los conozca y más se difunda su música, más gente querrá pagar su entrada para escucharlos en vivo. Y como estos tiempos me están enseñando, el problema para algunos es que la gente está eligiendo a los que innovan, a los que presenten el mejor “producto”, a los que dejan todo en lo que hacen, así como en todos los ámbitos.
Por otro lado, creo que los intermediarios (que muchos hay en el ambiente artístico) van a ir desapareciendo poco a poco. La proliferación de las redes tiende a esto.
Es una pena que Victor haya dejado de disfrutar de la música de Luis Aute, a mi me ha pasado con otras bandas y/o cantantes solistas. Pero la música siempre nos trae nuevos amores.
Un saludo a todos!
Vaya, pues sí que es una sorpresa lo de Aute, pero tal y como están las cosas ya empieza a dar miedo decir que yo también copié en cassettes sus canciones.
En fin, que habrá que centrarse en lo que dice y no en lo que hace ya que sus canciones y su poesía siguen mereciendo la pena a pesar de que a partir de ahora es posible que no las escuchemos igual.
Y quizás también la constatación de que ser humano es ser incoherente…
Gracias Alfonso por rescatar esa carta al director, que también leí y me hizo pensar. También estoy siguiendo la “batalla por la libertad” en Internet. He ido seleccionando diferente informaciones para escribir en mi blog y que mis alumnos y lectores conozcan bien este tema. Además del blog de enrique Dans, hoy he encontrado una buena información resumen titulada “La decisión de cerrar webs sin permiso judicial no depende únicamente del Gobierno”. La dirección es:
http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/internet/no-sera-el-gobierno-quien-decida-si-se-pueden-cerrar-webs-sin-permiso-judicial_tGbibeKIx7F4OP53DuUu04/
Cómo bien ha dicho ya una multitud de ciudadanos (internautas en la terminología sindeana) las descargas no implican una reivindicación del “todogratis” ni atentan contra la propiedad intelectual, ni van a matar de hambre a nadie (por muy flores que sea). Las descargas no son más que la expresión de que el modelo de negocio de la industria discográfica es un modelo caduco que, antes que redefinirse, prefiere librar una lucha sin posibilidades contra una realidad que la ha superado. Deben aceptar, si pretenden sobrevivir, que la unidad de venta no es el disco sino la canción, que el usuario no es tonto, que el margen de negocio desorbitado igual se ve reducido un poco… pero que la posibilidad de negocio existe y que tienen que centrar sus esfuerzos en imaginar nuevos escenarios en lugar de centrarlos en combatir ferozmente para que el escenario siga siendo el del siglo pasado.
Hay experiencias de grupos como Nine Inch Nails que ofrecen descargar gratuitamente su disco en su propia web oficial (http://theslip.nin.com/) y que pese a esta “temeridad” (que diría Sinde-SGAE) resulta que han vendido más copias de ‘The Slip’ que de ningún otro de sus anteriores trabajos.
El camino existe, solo es cuestión de tomarlo… a no ser que prefieran seguir centrados en volar puentes.
Pretender comparar las copias que le hacíamos a nuestras novias hace veinte años en un cassette con la situación actual es ridículo, tanto en cantidad como en calidad de las copias. Y los NIN hacen con su música lo que quieren, como hizo Radiohead, y hay otros que quieren hacerlo de otra manera. Lo que nosotros pensemos es irrelevante, como lo es lo que pensemos del futuro de su modelo de negocio.
Muchas gracias por compartir esta carta con todos. Me parece una gran opinión la del Sr. Víctor Ovies, y yo he de confesar que no toda la música que consumo la compro.
Yo suelo comprar música cuando valen la pena, cuando se que es un artista que admiro, sino prefiero descargarmela y punto.
Hace poco hablando con amigos hicieron el siguiente comentario “desde que se ha agravado el tema de la piratería, se dan cuenta de que no solo es grabar discos y esperar que se vendan. Ahora se dan cuenta de que deben actuar para su publico, no solo esperar a que este escuche su música y se conforme.
El negocio y la sociedad están cambiando. Ya viene siendo hora de que la gente evolucione.
Lo que se acaba en cinco años (y espero que en menos) es que una compañía discográfica nos bombardee con un producto sin ninguna identidad musical y con el único objeto de ganar dinero. Eso si se acaba. Hay infinidad de ejemplos de nuevos músicos que han sabido sacar rédito de internet. ¿El problema? Lo mismo no dan dinero a Sony, o a Emi…
Carpe Diem