Paquiro fue un gran torero de principios de siglo XIX, instaurador del actual traje de luces. Un día, Paquiro toreaba en una plaza de baja categoría donde ponía su arte en toda su magnificencia y arriesgaba sin escatimar. Aquella tarde ocurrió que uno de sus subalternos le dijo que no merecía la pena arriesgarse tanto en aquella plaza porque no entenderían su arte. Paquiro le contestó:
—Alguno habrá que entienda ¿no?
—Hombre, alguno si que habrá —respondió el subalterno.
—Pues para ese toreo yo —le dijo Paquiro.
Contado por Louis Crandell en K-Government
Santi García mencionaba un informe del Departament de Treball de la Generalitat de Catalunya que evidencia que el número de bajas por enfermedad que cogen los trabajadores en Cataluña es inversamente proporcional a su edad: cuanto más jóvenes son los trabajadores más bajas solicitan.
En concreto, se registran 57 bajas al año por cada 100 trabajadores en la franja de edad entre 16-24 años, 39 en la de 25-34 años, 30 en la de 35-44, 27 en la de 45-54, y sólo 26 entre los mayores de 55.
Parece que los nuevos trabajadores cada vez torean para menos espectadores, incluidos ellos mismos.
El generalmente ineficiente debate sobre la motivación laboral siempre remite a los mismos lugares comunes: que viene de dentro, que uno ya tiene que “venir motivado de casa“, que cada persona debe ser el artífice de su propio cambio…
Pero la verdad es que cuando tantas personas tienen o tenemos el mismo problema parece obvio que la causa hay que buscarla fuera, en las propias condiciones organizacionales, aunque más tarde se hayan interiorizado tanto que perdamos la pista de su origen.
Está bien hacer llamamientos a la responsabilidad personal pero obligar a las personas a que se motiven a sí mismas es tan absurdo como obligarte a que me quieras, que decía la canción.
Más psicología positiva y más preocupación organizativa por la felicidad en el trabajo bien entendida, son los únicos caminos que harán que siga mereciendo la pena torear, no importa cuál sea el morlaco. Otra cosa será abocarnos a más apatía y a más pereza en un mundo laboral de precariedad instalada en muchas plazas.
Más sobre felicidad y trabajo en Yoriento
Habría que buscar soluciones verdaderas. Eso de la psicología positiva es un método superficial, y más aún para un tema tan complejo como la felicidad personal y el trabajo.
Un abrazo.
Noemí,
¿es más verdadero lo complejo que lo sencillo? No existen métodos superficiales o profundos, lo que cuenta es que sean válidos, que sirvan para lo que dicen servir. Cuando hablo de psicología “positiva” me refiero a toda la psicología conductual-cognitiva, tiene mucho que mostrar. Pero siempre es interesante revisar más propuestas.
Tu primer comentari por aquí? :-)
Una lectura positiva, con la edad la maduración también llega a las emociones, incluso las laborales y se van teniendo las cosas más, claras.
Una lectura negativa: Lo malo de las estadísticas es que uniformizan la información, quizás nos daríamos cuenta de que el problema es que los que cogen las bajas con el tiempo se van muriendo (por eso cogían las bajas) y con los años como ya no están, no cogen las bajas.
Prefiero quedarme con la primera, la segunda es un chiste malo.
La madurez de las anteriores generaciones no es la misma que la que será de las actuales. Creo que los jovenes absentistas serán también viejos absentistas :-)
El chiste no era tan malo, una hipótesis como otra cualquiera :-)
Un placer verle de nuevo por aquí, caballero.
Quizas, los jóvenes tienen unas precarias condiciones laborales, como son los contratos eventuales en puesto no vocacionales dadas las circustancias actuales,salarios irrisorios para las tareas encomendadas, los pocos recursos para los que se dota la investiguación y las nulas ayudas para el autoempleo. O por lo menos así estamos en el sur…
Me encantó la viñeta, triste, pero real como la vida misma;)
Salud
María, en realidad es la contrario, no? Cuando se sufre precariedad y temporalidad uno está pendiente de no perder el empleo, por malo que sea. Pero como dice Javier, las estadísticas son interpretables :-)
Lo de venir motivado de casa siempre me ha parecido un poco reaccionario, la verdad. Es poner la responsabilidad en el otro. Al final siempre hay una mezcla de factores: por supuesto cada empleado pone un cierto nivel de motivación/positivismo/ganas/felicidad. Pero el contexto refuerza eso o lo destruye. Un jefe amargado destruye la motivación del más pintado: la motivación que traiga de casa el pobre le va a durar poquito…
Cierto, la postura “motívate como quieras” pero aquí vienes a trabajar, es reaccionaria pero sobre todo inefectiva, basada en el castigo contingente y no en la satisfacción por el trabajo bien hecho. Con lo de jefe amargado, ¿estás pensando en alguna experiencia personal? :-) De todas formas, creo que si una organización tiene malos jefes es que la propia empresa es también mala, así como sus condiciones de trabajo.
Hola a todos,
en mi opinión, si verdaderamente nos curramos una actitud proactiva en el trabajo, podremos re-encuadrar situaciones bien a través de lo que significan para nosotros o a través de tomar partido y actuar.
Lo que dudo es que realmente nos curremos esa actitud, y nos resulta más cómodo aborregarnos y seguir a las masas. De esta forma evitamos destacar y podemos mantener una triste “seguridad” laboral….que nos lleva a estar quejándonos día si, día también sobre la estupidez de la empresa, del jefe, o de los compañeros.
Si, currarnos la actitud , es una opción, pero nadie nos enseña cómo hacerlo….perfecta excusa para quedarnos como estamos….la solución, o al menos la que a mí me sirve es el Coaching, la PNL y la meditación.
Good night…
Nada, nada, tú promociónate que ya sabes que aquí eses bienvenido.
Con lo de la actitud, la proactividad y tal y cual ya sabes lo que pienso, que lo importante son las cosas que hacemos y las que nos pasan, en este caso en las empresas, y no tanto las que nos decimos y nos dicen.
https://yoriento.com/?s=actitud
El tema es que los jovenes, que desafortunadamente aun viven con sus padres y no tienen más necesidad del dinero excepto que para unas cervezas el fin de semana, son incapaces en muchos de los casos de valorar que el trabajo es un elemento que hay que cuidar (mas aun ahora). Quien realmente necesita para vivir el dinero suele ser mucho mas “formal” en su trabajo y eso hace que mientras la edad de maduracion crece, las bajas laborales se aproximan a lo que podria ser un dato real porque, obviamente la salud de un joven no es pero que una persona de 50 años.
De la misma manera que el sistema castiga a un mal jefe quiza deberiamos de introducir en la educacion algun concepto que haga entender que el trabajo genera deberes al igual que derechos.
(Tambien es verdad que mi experiencia con empleados de entre 20 y 24 años ha sido desastrosa en la mayoria de los casos, sin embargo cuando alguien ha querido trabajar eres capaz de decubrir verdaderas joyas a esas edades)
Uno de los elementos que quiza esta epoca de crisis va a cambiar es este. Tiempo al tiempo.
Muy buena tu reflexión. La baja motivación económica de ciertos perfiles de jóvenes, en el sentido de que están apoyados o cubiertos familiarmente, puede ser un factor relacionado con el absentismo, aunque hay una cuestión sociocultural de fondo que tiene que ver con la cultura del esfuerzo y de la responsabilidad.
Puestos a dar interpretaciones a la estadística: los más mayores cuidan más su puesto de trabajo porque ven muy crudo conseguir uno nuevo si lo pierden, con lo que van a trabajar con heridas abiertas si hace falta. ¿Alguien da más? ;)
Tiene que ver tu argumento con el de Pesimista existencial,no? Si un joven pierde su empleo la familia sigue apoyando.
Pues tu interpretación @DeFormador también es buena, y como va de toros yo añadiría una más, la cultura del esfuerzo se esta perdiendo, confieso que no se si para bien o para mal, ya que parece que ‘el que algo quiere, algo le cuesta’ y que vienen unas generaciones más de ‘si lo quiero, lo tengo’, así que algo habrá de cultural en todo esto y los más seniors han mamado aquello de ‘más cornadas da el hambre’
En parte hay una baja cultura del esfuerzo, en el sentido de hábitos para conseguir lo que se quiere, pero en parte también los jóvenes tienen muchos más intereses y mucho menos relacionados con el mundo laboral que los trabajadores de otras generaciones. Dicho de otra forma, no sólo es que no tengas hábitos de esfuerzo, sino que están mucho menos motivados para esforzase en el trabajo.
Yo creo que es un problema global.Por un lado, es muy difícil que la falta de empresarios dados a la innovación y a emprender proyectos arriesgados motive a nadie, y por otra parte, cada vez más la gente tiene menos responsabilida sobre lo que hace, como si el “sólo importo yo” se fuera extendiendo cada vez más.
Carpe Diem
Creo que los empleadores simplemente desconocen el poder de la psicología positiva, el poder de gestionar la organización de tal forma que sea más probable que los trabajadores quieran hacer o les guste hacer aquello que deben hacer. Frente al empresario malvado y malintencionado, creo que no debemos descartar otro perfil: sencillamente el no cualificado para crear una organización motivadora :-)
Estoy esperando ese post en el que ofrezcas soluciones de reforzamiento positivo, espero que llegue, me gusta el tema.
Lo de venir motivado de casa ¿qué es?, ¿salir de casa ligero?, ¿habiéndose puesto cariñoso con la pareja? ¿Y qué quiere decir, que si de casa has salido motivado eso te tiene que durar todo el día aunque te toque apretar mil millones de tornillos mientras un jefe te escupe en la nuca con improperios?
A cada uno le motivan unas cosas, pero no vale con que te automotives, si el trabajo y los jefes no ayudan, en una larga jornada de trabajo tu motivación inicial irá disminuyendo hasta acabarse si nadie lo impide y ahí, entran los jefes, los compañeros, incluso los subalternos.
Las soluciones de reforzamiento positivo son tan sencillas (que no simples) que posiblemente por eso no suelen tener caché en el estirado mundo del management, más amante de retóricas y consultolabias más fáciles de vender caras.
Para empezar, si elimináramos las contingencias de castigo que se aplican gratuita y arbitrariamente en las organizaciones, casi de forma insconciente como parte de su cultura, ya estaríamos dando un gran paso.
Hola a todos.
Yo interpreto los resultados como una mezcla la madurez que se va adquiriendo (los jóvenes pueden ser más dados a cogerse bajas, digamos, porque no les apetece ir a trabajar, dicho así a lo bruto), y también en parte por lo que dice DeFormador, cuanto más mayores, más les importa conservar su puesto, porque si lo pierden les será más difícil encontrar otro, y porque en muchos casos ya será un puesto medianamente bueno.
En este sentido, encajaría aquí el argumento de María, desde el punto de vista de que el joven, como tiene un trabajo precario y mal remunerado, tiene poco miedo a que le echen, porque considera que puede encontrar otro similar sin excesivas dificultades.
En cuanto a que la motivación viene de dentro, yo estoy de acuerdo con esto, ahora bien, eso tampoco quiere decir, como interpretan muchos empresarios o directivos, que allá cada uno que se motive a sí mismo como pueda, sino que vendría dado por factores como el logro, el reconocimiento que se haga de éste, la responsabilidad en el trabajo, la autonomía, el progreso, etcétera, y éstos, aunque sean factores internos (por contraposición al salario, condiciones laborales, etcétera), sí pueden ser potenciados por la empresa.
Saludos
Pablo Rodríguez
Respecto al asunto motivacional, llevo plateando una misma cuestión desde que inicié el blog: si la motivación viene de dentro, ¿cómo entró? ¿Qué factores influyen en que a algunos les entre, para que luego pueda salir, y otros no tenga nada que ofrecer en su interior?
El debate sobre la motivación siempre es un dentro-fuera que llega a ser cansino. Yo prefiero, por ser mucho más práctico, observar qué condiciones organizacionales de todo tipo hacen que las personas estén más motivadas, independientemente de dónde les salga la energía ;-)
Ayer justo leia un artículo acerca de la felicidad laboral. Un poco de motivación y un poco de lo que la empresa pudiera ofrecerte. Hacía referencia de un trabajo británico, donde jóvenes ejecutivos le daban las puntaje al “salario emocional” que al monetario. Y que era eso? Todo lo que la empresa pudiera darle para su crecimiento personal, espiritual y de conocimiento.
Creo que por ahí, debe ir la cosa, no?
Alberto
El problema es que una vez acuñado el término “salario emocional”, al igual que tantos otros, en lugar de que la organización se ponga las pilas para mejorar las condiciones laborales y fortalecer la relación entre esfuerzo y reconocimento, lo que hará es contratar coachingadores y consultores varios para que den cursos y charlas sobre la importancia del salario emocional para motivarse.
En Paranoia, el juego de rol de humnor negro, presenta una sociedad distópica a lo “Fuga de Logan” en la que la sociedad es gobernada por un ordenador. Ahora bien, la felicidad es obligatoria y la tristeza es traición y la traición se castiga con la muerte.
Los que no habéis jugado tendríais que ver las caras de “felicidad” que ponían los jugadores. Y eso que sólo se jugaban “1 vida” de sus personajes.
¿Qué no hará la gente en el trabajo? Y me pregunto si esa fingida felicidad no hará sino aumentar la tristeza
(http://www.rpgnow.com/product_info.php?products_id=50899)
A eso estamos llegando no por una cultura de la motivación, sino por otra muy distinta de la felicidad y la inteligencia emocional, tan artificiales como ramplonas. Organizar una empresa para que las personas quieran trabajar en ella, también los lunes, ;-) es una actividad muy alejada de la retórica de la felicidad, el pensamiento positivo y las apariencias.
No se trata de tener trabajadores tan sonrientes como estúpidos, sino responsables y con capacidad de autonomía, cuyos esfuerzo y valor es reconocido de forma sistémica, por la propia cultura de la empresa.
Solo se me ocurre a colación de los primeros comentarios … Si YO cambio, todo cambia … y mucha paciencia que no es unos de los fuertes en la cultura occidental, y a buen seguro que llega lo que deba llegar y cuando se esté preparado para ello. Y lo digo yo que tuve lo mío, y ahora vivo un momento feliz y no precisamente por haber encontrado mi hueco laboralmente, es cuestión de seguir cambiando y generando cambios en los demás.
un abrazo. mc
Si yo cambio, todo cambia. Entonces debemos dar un salto al inicio de la cadena y preguntarnos: ¿qué factores harán más probable que yo cambie? Analizando lo que hago desde que me levanto hasta que vuelvo a mi casa tras la jornada laboral, y las consecuencias que tienen esas actividades, encontraré respuestas y alternativas. Ir probando a hacer otras cosas, a ver qué pasa, es una opción barata y directa :-)
Interesante debate. Me doy cuenta que la queja acerca de la falta de compromiso en los jóvenes trasciende el océano atlántico, por lo menos.
En un post reciente http://psicologiaparaempresas.blogspot.com/2009/06/si-la-falta-de-compromiso.html propongo que la falta de compromiso es una especie de mecanismo de defensa ante la incertidumbre. Si agregamos que los jóvenes han visto a sus padres sacrificarse, trabajando duro – en la mayoría de los casos restándole horas a su familia para que esa misma familia tenga una mejor calidad de vida (?) – y luego fueron desvinculados en alguna de las crisis recientes entenderemos su descreimiento. Y esto se extiende a la formación y al estudio: los jóvenes nos mostrarán una cantidad de personas exitosas (es decir que ganan mucho dinero !!) que no han completado su formación universitaria.
Quizás los que estén cambiando el paradigma sean ellos y nosotros, “los viejos”, estemos asistiendo a un cambio cultural mientras vamos comentando por lo bajo: “cuando tengan una familia, cuidarán su trabajo”.
Ya veremos cómo sigue esta historia…
.-= Gabriel Schwartz ´s last blog ..Evaluaciones express =-.
Gabriel, muy buena reflexión y además la comparto ¡
¿Por qué dar tanto a las empresas si estás no devuelven lo invertido? El compromiso que las organizaciones piden tienen que ganárselo, las cosas han cambiado. :-)
Es cierto, están cambiando.
Te pego un enlace Sobre la desconfianza en las empresas
http://ar.hsmglobal.com/notas/52808-la-crisis-economica-aumento-la-desconfianza-las-empresas
Vamos a ver qué sucede cuando haya algo de reactivación, qué queda.
.-= Último post de Gabriel Schwartz… blog ..Evaluaciones express =-.
Obligar a las personas a que se motiven a sí mismas dices que es absurdo? entonces que hace sino una buena planificación?, conste que eso también te lo he leído a tí :-)
Psicologia positiva? ejem! tú?
Va a ser que últimamente me paso poco por aquí y no me entero de nà , va a ser eso..
Creo que lo he comentado en un post anterior: con psicología “positiva” me refiero a la que se basa en la motivación positiva y no en el castigo, y de paso critico a aquellas marcas que utilizan la palabra positivo para darse caché y optimismo para vender más, y a las psicologías positivas del si quieres puedes, y piensa bien y tu vida será maravillosa.
Aclarado? Si es que ya no me lees como antes ;-)))
Vaaale, gracias por las aclaraciones.
Si que te leo, sí, pero en algo tienes razón, no
como antes :-), aunque eso no sé si es mejor o peor, jeje
Qué suerte los murcianos, lo vais a pasar en grande con este hombre, y lo mejor, que también te deja que aprendas :-)
Ya nos cuentas. Que vaya bien! Besos.