“Dos mujeres se encontraban en su despacho compartido trabajando con sus respectivos ordenadores. A una de las mujeres mientras estaba escribiendo, le empezaron a aparecer mensajes en la pantalla de su ordenador. Mensajes que decían “nunca solucionarás tu problema” “eres una inútil” “la gente te ve mal” . Cuando leyó estos mensajes empezó a creérselos y a angustiarse, a sufrir terriblemente ¡¡¡Parecían tan ciertos!!! Entonces intentó borrarlos de la pantalla, pero no pudo. Así que continuó trabajando. De vez en cuando, volvían a aparecer pero como ella sabía que no podía eliminarlos, no intentó hacer nada y siguió trabajando. A pesar de los mensajes que a veces aparecían y le hacían sufrir, la mujer disfrutaba y se sentía bien consigo misma porque su trabajo estaba quedando tal y como ella quería.
A la otra mujer, le empezó a suceder lo mismo. Empezaron a aparecerle los mismos mensajes que a su compañera: “nunca solucionarás tu problema”, “eres una inútil”… Entonces intentó eliminarlos, pero no lo conseguía. Sufría muchísimo porque estaba totalmente convencida de que los mensajes eran ciertos. Y además sufría porque no conseguía eliminarlos. Así que dejó de trabajar para pensar qué métodos podía emplear para eliminar los mensajes. Estaba segura de que si no los borraba no podría continuar trabajando. Así que empezó a probar un método tras otro, pero no conseguía nada. Los mensajes seguían allí. Miraba a su compañera con rabia porque la veía trabajando e incluso parecía que estuviera disfrutando con su trabajo. Pensó que su compañera podía trabajar porque no recibía los mismos mensajes que ella. Así que siguió en su empeño por eliminarlos. Su sufrimiento iba en aumento: cada vez tenía más mensajes negativos, fracasaba en todos sus intentos por eliminarlos y encima no avanzaba en su trabajo. Se quedó encallada en esta situación.”
Tras el debate record del blog a cuenta del coaching (tengo pendiente publicar una reseña de un libro recién publicado como epílogo de la discusión), me parecía oportuno seguir recordando que la psicología personal y organizacional es mucho más de lo que te han contado. En un mundo donde las personas demandan soluciones rápidas, efectivas y sin esfuerzo, la autoayuda de salón, la retórica de la felicidad, y el marketing falsamente psicológico han tomado el control con facilidad. Nuevas marcas surgen o se importan todos los días, y cientos de expertos salen debajo de cada piedra, léase, tras cada curso de coaching, inteligencia emocional, burnout, despido interior, boreout o lo que sea. En este contexto de confusión es importante siempre ir al fondo y no a la forma, no quedarse con las palabras o las apariencias, y conocer en detalle las propuestas, metodologías y técnicas que nos ofrecen aplicados en objetivos concretos. Y recuerda que cuantos más términos supuestamente técnicos, trascendentes y optimistas se utilicen, más probable es que te estén vendiendo la moto.
Esta historia-metáfora es una herramienta incluida en una metodología y en un conjunto de técnicas basadas en la psicología conductual “de siempre” que en la última década han podido fundamentarse de forma empírica o científica. Os dejo la referencia de una publicación más que recomendable algunos de cuyos contenidos pueden ser adaptados y aplicados en la orientación ocoaching personal, profesional y organizacional.
Este relato, ¿no os ha recordado la metáfora del autobús, que también tenía mucho que ver son los pensamientos negativos? ¿Para qué crees que puede ser útil en concreto está metáfora, cuál piensas que es su objetivo? Para mí que algo tiene que ver con aquel artículo del pasado noviembre tan bien acogido: al buscar trabajo, cree lo que quieras pero haz lo que debas. ;-)
Wilson, K.G. y Luciano, M.C. (2002). Terapia de aceptación y compromiso (act). Madrid: Pirámide.
Los buenos relatos-metáfora, como éste, pueden resultar efectivos – no lo niego. De los malos, mejor no hablar. Pero si me permites sacarle un poco de punta, te diré que, desde mi ignorancia sicológica, siempre pienso que es muy fácil analizar una situación concreta cuando aislas un problema determinado. Cualquiera diría que actuaría como la primera de las mujeres, sobre todo imaginándose esa situación como puntual y aislada en el tiempo. Pero el principal problema es que la manera de afrontar las situaciones que nos surgen en el día a día no dependen de la situación en si, sino del pasado que la sustenta.
Responder de una forma o de otra a la metáfora del ordenador, depende de la vulnerabilidad de la persona que la vive, y la vulnerabilidad de una persona depende al cien por cien de su pasado.
Se que me meto en un terreno que desconozco, pero es como lo veo. A sabiendas de que probablemente esté equivocado.
(PD: Te prometí un post, pero parece que, de momento, tengo que dejarlo en el cajón. Los giros inesperados que ocurren a veces, hacen también variar el grado de vulnerabilidad de cada persona).
En el blog de Rafa… Ante la crisis, œNuevo Marketing
Yoriento, un soponcio sorprendente y protagonista del cual, lamentablemente, ya me he recuperado (qué bueno que el mundo tome momentáneamente las riendas ¦) no me permitió participar en el fabuloso debate sobre coaching y, a riesgo de apartarme un poco de lo que propones en este post quisiera hacer un comentario.
Un coach que quiere hacer carrera como gurú en el tema (alerta, a la pugna para apropiarse del concepto y tener la exclusiva para vender licencias ¦) me dijo que la diferencia entre coaching y psicoterapia era que, en el coaching, no importaba la infancia de la persona ¦ Y se quedó tan ancho!! Como puedes imaginar, me dejó al borde del vómito ¦
Que peligro tanto coach ¦ hay algunos que a los clientes les llaman pacientes y que a las sesiones de coaching les llaman terapias! La confusión, multiinterpretación del concepto y la diversidad metodológica de unos pocos no hacen ningún favor a los que venimos trabajando desde hace años en el asesoramiento personalizado con rigor y orientado a resultados.
Evadiendo las ganas que me dan de rebatir algunas de las ideas expuestas, pero viendo que no podré convencerte (por ahora) ni tú convencerme (nunca); mejor te respondo las preguntas, pues veo que también tienen algo de “tela”… por cierto buen debate el que mencionas.
La verdad es que no me acordé de la metáfora del bus, pero si que fui al enlace para refrescar la memoria y si que podrían estar en la misma línea.
Pienso que esta metáfora puede ser útil para comprobar que una actitud positiva en la que caben las fuerzas interiores (esas que terminan venciendo los obstáculos), son tan importantes como las herramientas que cualquier coach nos puede ofrecer… de hecho comprueban que el coaching ha de hacerse desde adentro de la persona y no desde afuera, eso es lo que esta historia me sugiere, ¿lo ves así también?
SM
En el blog de Senior Manager… ¿Tienes habilidad para œcomunicar en una entrevista de trabajo?
Rafa, es posible que en teoría unas personas somos más vulnerables que otras, pero la verdad es que a la hora de mejorar las cosas, para la psicología “de la buena” no importa de donde se viene ni los déficits que se sufren. Lo único importante son los objetivos, lo que se quiere conseguir y lo que se haga o no a partir de ese momento. Precisamente la diferente entre las mujeres de la historia es que una, a pesar de los “problemas” sigue haciendo lo que tiene que hacer, y la otra le dedica tiempo y atención a sus pensamientos y emociones negativas y deja de trabajar, con lo que alimenta cada vez más esos problemas. La vulnerabilidad no está en el pasado sino en la forma como enfrentas el presenta, no?
Manel, me tienes asustado. Un soponcio del cual ¿lamentablemente? te has recuperado… Tendrás que darme más pistas, pero confío en que estés bien. Lo pareces ;-) Al hilo de lo que comentas te diré que una escuela determinada de coaching entrena a sus pupilos diciendo que la psicología se basa en el pasado y el coaching en el futuro, y que un psicólogo sólo se ocupa de los problemas y un coach de las soluciones. ¿Cómo se te queda el cuerpo? De todas formas creo que parte de la responsabilidad de tales desaguisados conceptuales recae en la propia psicología que no ha sabido mostrar su potencia de intervención en la vida y en el trabajo. No hemos podido conseguir que la gente deje de pensar que el psicoanálisis es la psicología. Pero lo seguimos intentando, verdad? ;-)
Senior, desde el punto de vista de esta metodología, la metáfora del ordenador, junto con la del autobús y algunas otras, lo que pone de relieve es lo contrario de lo que comentas: que prestar tanta atención a la “vida interior” (emociones y pensamientos, en este caso negativos) hace que se descuide la vida de verdad, la que se vive cotidianamente. Fíjate que ante los mismos problemas, esos mensajes negativos del pc que simbolizan nuestros pasajeros negativos, nuestros miedos y malos rollos, una sigue trabajando, con lo cual deja de alimentarlos, mientras otra deja de trabajar con lo cual los vuelve fuertes. En fin, como dije al final del artículo, parece un buen principio ese de hacer lo que se debe, independientemente de lo que se piense ;-)
Pues yo voy a utilizar la metáfora en alguno de los múltiples debates que tengo con mi compi de piso que, AUNQUE también ha estudiado psicología como yo, siempre basa sus argumentos sobre la psicología en afirmaciones que cuesta operativizar tales como “la terapia debe buscar el bienestar de la persona”, “todo lo que hacemos lo hacemos en base a emociones”, “a cada persona le viene bien un tipo de terapia”. Mientras yo intento basar los míos en los resultados de la terapia, esto es, lo que la persona hace o deja de hacer a partir de la intervención.
Gracias y a ver si nos vemos en las jornadas de Contextos, tienen muuuyyy buena pinta ;-)
Gracias Beatriz por traer estos matices.
El debate y análisis que tenemos sobre la validez y verdadera utilidad del coaching también es relevante para ciertas prácticas de psicología. Por eso insisto en que nos dejemos de marcas, que si yo soy coach, que si tu eres psicólogo/a de uno u otro tipo, porque unos y otros pueden ser meros vendedores de humo. Recordemos que muchos psicológos también ahora se publicitan como coachs, pero eso no significa necesariamente ni que antes fueran buenos psicólogos (metódologos del comportamiento verbal y no verbal), ni que ahora sean mejores por el mero hecho de haber hecho un curso de PNL o de coaching certificados por unas escuelas que certifican.
No se critica por tanto ni a personas ni a disciplinas concretas sino a las metodologías que no han sido validadas de forma cientifica, aunque se hagan llamar psicólogos.
Si cualquiera afirma que puede “traer el bienestar a las personas” usando sus técnicas subjetivas y sin publicar sus casos para que la comunidad profesional pueda comprobar la validez de las intervenciones, y cuando se dice por ejemplo que “lo importante son las emociones”, sin aclarar de forma empírica qué rayos significa esto, da igual que uno haya estudiado o no psicología o que se haga llamar coach o “inteligenciador emocional”. El resultado es el mismo, confusión y sálvese el que pueda.
Precisamente esta metáfora es muy potente y efectiva porque permite hacer ver que las emociones no sólo NO son tan importantes sino que además centrarse y estar pendiente de ellas y no de lo que se debe hacer, generalmente es la base de problemas y situaciones de ansiedad, estrés, procrastinación y estilos de vida poco razonables. Como decía IReina respecto a que cualquier asesoramiento no sólo no vale sino que no es neutral, una intervención “centrada en las emociones” puede ser muy negativa para los clientes.
Si decimos que cualquier intervención puede valer sin poder comprobarlo entonces caeremos en un relativismo profesional en el que será imposible saber qué funciona y qué no, y los clientes sólo decidirán en función del marketing que se haga de cada servicio, como ya pasa con los libros más vendidos, que no son los mejores obviamente, sino los más fáciles de leer. ;-)
Beatriz, pues nos vemos en Málaga en Marzo, en esas jornadas universitarias sobre psicología aplicada. Espero que te parezca útil mi ponencia sobre psicología y mundo laboral ¡ ;-)
Esto se resume con : Coraje, coraje de afrontar la vida y los obstaculos que te vas encontrando. En definitiva, ser libre, tener el valor de ser responsable y superar las cosas como se vayan presentando, sin culpabilizar a nada ni a nadie.
El coach ha de despertar el coraje que todos llevamos dentro.
Que todo sea maravilloso no significa que sea fácil, ahí está la gracia.
Un saludo.
Yoriento, buena metáfora para mostrar las bases de la Terapia de aceptación y compromiso.
Siguiendo la línea de algunas intervenciones, esta metáfora es útil para darnos cuenta de que podemos convivir con pensamientos negativos o emociones negativas, que podemos caminar hacia nuestro objetivo a pesar de ellos, que aunque tengamos unas piedras en el zapato se puede seguir caminando.
Pero sobre todo sirve para tratar de otra forma los pensamientos negativos o las emociones negativas. Es imposible eliminar un pensamiento, cuanto más se lucha en contra de él, más se refuerza, es como si quieres atrapar el humo con las manos, es imposible. Se trata de aceptar (que no significa claudicar) ese pensamiento , dejarlo pasar y seguir hacia tu meta.
Hola Yoriento !
Es primer comentario en tu blog. Me alegro de visitarlo, me resulta interesante la metáfora del ordenador: creo que debe haber un equilibrio entre hacer “lo que debes” y “mirar hacia adentro”. Es más, cuando te das cuenta que puedes hacer lo que quieres tu mirada hacia adentro te permite descubrir matices de tu propia historia teñidos de comprensión y ganas en sabiduría. Es cierto, es inútil ir contra tus pensamientos. Pero los pensamientos cambian a medida que uno crece, y no en edad, precisamente.
En la Argentina tenemos un dicho popular que encaja con la metáfora – me encantan los refranes y los dichos ! – : “andando, andando, se acomodan los melones”.
Abrazo, desde estas pampas.
Hola LOBO,
el problema con todas estos conceptos es que aunque todos estamos de acuerdo con ellos porque nos suenan positivos y útiles, son meramente conversacionales y muy confusos, nada operativos, y cada uno los entiende y los aplica como considera oportuno.
La única forma de aumentar el “coraje” parte primero de definirlo, de saber que tendrás que hacer o marcarte como objetivos concretos para incrementarlo, no? Y lo mismo para factores como responsabilidad, ser libre, tener el valor, etc.
GREGOR,
totalmente de acuerdo con tu comentario. El problema que yo veo es que la psicología aplicada y sencilla no sabe llegar a la conversación diaria que sigue anclada en terminos psicoanalíticos como los complejos y el insconciente, o en psiquiátricos como los síndromes de esto o aquello. Y tampoco sabe explicar que sus métodos son eficaces y fundamentados, y tienen como objetivo ayudar a MEJORAR la vida personal y profesional, y NO SÓLO la intervención en problemas más o menos importantes.
Por eso tenemos que seguir haciendo una labor de adaptación y explicar más métodos y técnicas sencillos aplicados a la vida cotidana, y usar menos vocablos como terapias o tratamiento que asustan y confieren a la psicologia un cierto halo extraño, no te parece? De hecho, el otro día comentaba que muchas técnicas que se utilizan en productividad personal provienen de la psicología conductual y organizacional, pero claro, otros los venden mejor ¡ :-)
GABRIEL,
me alegra leerte por aquí ¡ Por cierto, estaba mirando en tu sitio pero no veo si tienes blog o no. Si es así, porfa, pásame la dirección para que pueda seguirte, vale? :-)
Eso de “mirar hacia adentro” pues también es una metáfora que tiene muchas interpretaciones, y claro, la clave del asunto es qué mirar, cuándo mirar y qué hacer con la información que tenemos. Fíjate que a la segunda mujer de la historia no le aprovechó mucho tanta introspección. En fin, un tema con muchas aristas que seguiremos debatiendo por aquí: qué parte de nosotros es interesante mirar para avanzar.
Buena metáfora. Son respuestas distintas frente a una misma situación. Cuando la mente está armonizada olvida el tema de lo negativo y lo positivo, simplemente se concentra en lo que está haciendo y lo disfruta.
Con respecto a “mirar hacia adentro” eso no necesita tantas preguntas, simplemente se mira y ya. La comprensión llega sola ;)
Saludos
En el blog de Raiza Sommi… Fuego sereno
Alfonso y Beatriz, sin dejar de estar de acuerdo con vosotros también apoyo al compi de Beatriz. Para mí lo más importante son las emociones, aunque estoy de acuerdo en que sólo mi comportamiento y lo que yo haga supondrá un cambio para mí y mejorará mi vida. Pero en cualquier caso, “hacer lo que debo” tiene que redundar en que finalmente yo me sienta mejor (aunque casi siempre eso implique tener en cuenta al resto del mundo), eso es lo más importante. En el caso del ejemplo del ordenador, es una historia incompleta, pues esa historia sólo funciona si el trabajo que hace la persona le gusta y es un trabajo que le hace sentir bien. Pero en el caso de que la persona odie el trabajo que hace y sea un trabajo que le haga sentir mal, porque le parezca injusto o lo que sea, en definitiva, si existe conflicto emocional ¡a la mierda todo! Y eso es algo muy personal e individual. Probablemente no existe un trabajo bueno para todo el mundo o un trabajo malo para todo el mundo. Por lo tanto, y en mi humilde opinión profana, la parte más importante de esta historia, se ha omitido. La parte más importante será que la persona decida libremente que el trabajo del ordenador “es lo que debe hacer” y sea consciente de ello.
En cuanto a la pregunta del post, yo creo que esta historia es perfecta para ilustrar qué significa priorizar y lo importante que es para todos saber hacerlo correctamente. La próxima vez que cuando hable de priorizar me miren con cara de aburrimiento, contaré esta historia. Seguro que a partir de entonces le cambiamos el nombre y en lugar de hablar de “priorizar” hablaremos de “la historia del ordenador” :-) .
En el blog de Carme… ¿Qué profesionales te ayudan en el viaje del auto-conocimiento?
Raiza, cuando la comprensión llega sola, no hay problema, pero a veces hay que comprarle el billete y meterla en el autobús para que se anime a venir ;-)
Carmen, buenas puntualizaciones. Te diré que en el contexto de esta metáfora no importa tanto si te gusta o no el trabajo en cuestión, sino qué hacer cuando te estás sintiendo o pensando mal, si dedicarle tiempo y atención a esos pasajeros negativos o seguir viviendo tu vida o trabajando tu trabajo o haciendo lo que estés haciendo. Si debes cambiar de trabajo o determinados aspectos personales eso es algo que debes decidir, planificar, etc., es otro tema. Las emociones pueden ser importantes pero no se cambian o se modifican centrándose en ellas, no sé si me explico. Es como en otra metáfora, la del polígrafo: si te dicen intenta no ponerte nerviosa, te pondrás. Tu no quieres sentir la emoción de la ansiedad, pero no consigues ese objetivo intentando no sentirla, sino leyendo, respirando con tranquilidad, etc., es decir, haciendo. No dedicarle atención a las emociones y sí a la vida es la mejor forma de tener buenas emociones.
No sé si me he explicado muy bien ¡ ;-)
Creo que te he entendido y yo a lo que me refería es a lo que tu llamas “otro tema”.
Gracias por explicarte tan bien y hacernos llegar a todos estos temas tan interesantes.
En el blog de Carme… ¿Qué profesionales te ayudan en el viaje del auto-conocimiento?
Menuda labor! esa de ” adaptación y explicar más métodos y técnicas sencillos aplicados a la vida cotidana, y usar menos vocablos como terapias o tratamiento que asustan y confieren a la psicologia un cierto halo extraño”.
Es necesario emprenderla.
Esa idea de que centrarse en las emociones aleja de la solución, no es nuestra. Recuerdo a varios profesores/as enunciándola de distinto modo. No tengo en cambio tan presente la base teórica, pero estoy en ello. Es posible que alguien recuerde aquello de NO TE PREOCUPES, OCÚPATE que servía para sintetizar en lenguaje cotidiano un principio básico de intervención. ¿Por qué se nos ha olvidado a much@s (a unos más que a otros naturalmente)? ¿qué hace que tras varios años de práctica profesional muchos recurran a esa psicología del sentido común, o como dice una amiga a la psicología de ventanilla, que no explica, que muchas veces no ayuda y otras empeora?
Volviendo a la metáfora, ayer en una cadena de TV por cable, repusieron la película Una mente Prodigiosa, ya sabéis, basada en la biografía del matemático John Nash, premio Nobel de Economía que había sufrido alucinaciones visuales y auditivas durante gran parte de su vida. Convivir con los tres personajes imaginarios que tanto sufrimiento le habían causado, aceptando esa realidad y centrándose en una de las tareas que más placer le causaban, impartir clases en la Universidad, teniendo alucinaciones continuas y no prestándoles atención. Creo que el guión no hace concesiones a ninguna interpretación de tinte psicológico, sin embargo puede plantearse una conclusión; es incompatible mantener el gusto por buscar patrones y regularidades en la realidad (que al protagonista le hacían alucinar y delirar) y el placer de dedicarse a su actividad laboral y a su familia. Y el protagonista eligió.
Copiando el estilo de Yoriento, ¿qué es incompatible en el caso que estás atendiendo ahora? ¿quién debe decidir?
(jajajaja, perdón por el intrusismo y con el permiso de su autor)
Gregor, ése es uno de mis intereses desde que finalicé la carrera: trasladar las metodologías aplicadas que aporta la psicologia a los objetivos personales y profesionales, y que son desconocidas porque están enterradas bajo conceptos intrincados y fantasiosos sobre lo que hacen los psicólogos, ya sea en la educación, las organizaciones, los servicios sociales, la economía, el empleo, o la vida personal, y con los sobrenombres que queramos: orientación, coaching, mentoring, inteligencia emocional, gestión de personas, motivación, didáctica… :-)
IReina,
y luego te sorprendes cuando te pregunto si estás dando ponencias por ese mundo de la psicorientación jajjaja. Tus reflexiones cada vez son más técnicas y elaboradas, así que espero que pronto me concedas el deseo de saltar de un comentario a publicar alguna cosita en éste, tu blog. Eso sí, con tu propio estilo o con el que quieras ;-)
Ay, el sentido común… Es que en Europa y en el mundo occidental nuestro sentido común es intentar racionalizarlo todo, debatirlo todo, hasta los propios sentimientos, poniéndolos como causas en lugar de cómo efectos. Y no parece muy razonable, eso, verdad?
Hola Yoriento, aquí va mi blog http://www.psicologiaparaempresas.blogspot.com
Y estoy de acuerdo contigo: lo de mirar para adentro para “masoquearnos”, no tiene sentido. Por eso hablé de un equilibrio.
Pero me gusta el debate y tu postura “positiva”. Pero cuidado, puede dar lugar al “voluntarismo” –> tengo que tener fuerza de voluntad y mirar siempre hacia adelante, debo dejar el pasado atrás, etc., que puede ser muy poco productivo. Muchas persona “gastan” una enorme cantidad de energía en tratar de tener fuerza de voluntad !!
Justo ayer leía que “los juicios dicen más de quien los emita que de quien los recibe”. Me gustó especialmente como punto de partida para saber recibir juicios y críticas sin que nos desborden las emociones. Porque no son otra cosa que las emociones las que desviarán nuestra atención de los objetivos marcados, como en la metáfora que relatas.
En el blog de Anna… Benchmarking, naturalment
Gabriel, muy de acuerdo contigo. Tratar de tener fuerza de voluntad es como tratar de no mentir delante del polígrafo :-)
Anna, el mayor problema con los juicios se produce cuando la persona que los emite y la persona que los recibe es la misma. Y es que nosotros somos nuestro peor juez y el más ansiógeno ¡ Menos valoraciones y más andar…
Sí, tienes razón. :-) En catalán los designamos como “cagadubtes” (cagadudas), analizan hasta el exceso todo aquello que les incumbe y sobre lo que se sienten responsables hasta el punto de la parálisis. Incapaces de tirarse a la piscina y asumir riesgos, se pasan la vida preguntándose: ” ¿Y si…?”
En el blog de Anna… Benchmarking, naturalment
Tal cual, muy de acuerdo con vos Yoriento.
Te dejo un estudio q seguro abras leido. http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=1474
El estudio muestra que en la depresión no es necesario cambiar los pensamientos, cogniciones o emociones sino que loimportante es actuar, es decir que no propone estar bien para actuar sino actuar para estar bien.
Asi los pensamientos y creencias cambiar a partir de lo que uno hace.
Si considero a los pensamientos como lo que son (pensamientos) y hago lo que tenia planeado hacer o no los tengo en cuenta a la hora de realizar algo va a ser mucho mejor que si intento debatirlos.
Personalmente haciendo un examen muy dificil de matematicas en un ingreso, estaba nervioso y pensaba mientras hacia el examen “esto no es para mi”, “si desapruebo tendre que volver a mi ciudad y trabajar”, pero cuando comprendi q eran pensamientos y no la realidad estaba mucho mas tranquilo.
La idea que quiero transmitir la concretas muy bien, Hansel, mejor no se puede decir: no hay que proponerse estar bien para actuar (algo que además es imposible), sino actuar para estar bien.
Y gracias por la referencia. Conozco el artículo y sobre todo al autor, Marino Pérez, un psicologo conductual que es un referente. :-)