
Ángel Gabilondo, presidente de los rectores, filósofo metafísico, acude a la cita precedido de su último libro, ‘Alguien con quien hablar’. A las siete menos veinte suena su despertador. Antes de levantarse, remolonea, piensa, “eso tan peligroso de pensar”.
Me acuerdo mucho de mis padres; nunca dejaron de ir adonde tenían que ir. No me dejo dominar por los estados de ánimo, tengo que hacer”. ¿Y cuáles son esos estados de ánimo? “Veo montañas que hay que escalar, todo me resulta complejo; darían ganas de decir ‘no juego’, pero no me permito una rendición. Así que una vez que acaba la ducha helada ya no me permito sino la tarea que he de hacer”.
Va al trabajo “llorado de casa”, y es lo que le pide a los que están con él, “que vengan llorados de casa”.
Estas declaraciones me recuerdan que la mejor forma de luchar contra esos pasajeros negativos que se nos cuelan en el autobús de vez en cuando es, simplemente, seguir haciendo lo que uno tiene planeado hacer, aunque uno no tenga ganas, y aunque disponga de muchas excusas razonables y algunas emociones chungas para justificar el abandono. Y seguro que, no ya mañana sino dentro de un rato, será otro día. Hacer siempre te llevará a hacer más, como la afiladora de lápices, no hacer no te lleva a ningún sitio. Así que ya sabes, te sientas como te sientas, haz lo que debas. :-)
Imagen de JRMora
No puedo creer que Yoriento esté hablando de positivismo encubierto…esto es digno de leerse… Bueno, bueno…:)
El problema con tratar de seguir haciendo lo que se tiene planeado hacer ante situaciones negativas que nos predisponen a hacer lo contrario, es que muchas veces nos encontramos sólos y no tenemos la fuerza interna suficiente para sacar a los pasajeros negativos que se cuelan en el autobús…Para eso están las herramientas de auto ayuda y las personas que pueden aportar soluciones en ese sentido…
Lo que quiero decir es que podemos poner mucho empeño y empezar a hacer “algo”, pero si alguien nos sostiene ó nos consuela e invita a hacerlo y de alguna forma nos ayuda positivamente, tendremos menos riesgos de seguir un camino equivocado.
Slds
SM
Jejejeje, Senior, hoy te veo juguetón ¡ ;-)
Ya sabes que las críticas van dirigidas a ese optimismo ramplón que se basa en meras recomendaciones de autoayuda del estilo “si te sientes mal, siéntete mejor”, o “si esperas que la vida vaya bien, seguro que va bien.”
Precisamente, en este caso en que uno no tiene ganas de hacer nada, tiene uno de esos días en que sus pensamientos le generan ansiedad y mal rollo, desde luego no se recomienda ser optimista pensando que las cosas mejorarán “si uno se lo propone con fuerza”.
Al contrario, en el artículo se especifica que independientemente de cómo te sientas y de lo que pienses, e independientemente de si tu actitud es pesimista (no esperas que las cosas mejoren) u optimista (crees que las cosas mejorarán), las cosas siempre mejorarán si haces lo que tienes que hacer, si no son tus emociones las que dictan tu conducta sino tus planes.
Pero por si no ha quedado clara mi postura, aquí te dejo algunos artículos sobre optimismo-pesimismo. :-)
Cómo nos gusta polemizar, ¿eh? Gracias por venir, again. :-)
A veces nos dejamos cegar por lo negativo, y no vemos que el mundo es mas de lo que tenemos a dos palmos de nuestras narices.
“Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”. Rabindranath Tagore
Hola Yoriento…Bueno, ya sabes que un poco de humor ayuda a mimetizar las posiciones ;) contrarias…
Por su puesto que ha quedado clara tu postura, pero no estoy convencido de que en la vida real suceda exactamente así y mucho menos que sea suficiente.
Yo más bien creo que si se trata de hecho de ser negativo y/o positivo, ya sea que esperes que las cosas mejorarán o que empeorarán. Pues no siempre mejoran si te limitas a “hacer lo que tienes que hacer”, ya que hasta ahora (que yo sepa) nadie sabe con certeza lo que tiene que hacer para mejorar ¿o si?
Así que el mejor plan no sirve ó mejor dicho no sabemos si servirá, por eso hay que darle un peso específico a las emociones las cuales en mi opinión juegan un papel fundamental, así como todo lo que las afecte.
…Más que polemizar, me gusta “aprender” haciéndolo…
Slds
SM.
En mi opinión el hecho está en acertar que hay cosas negativas en este mundo y que nos tocará vivir en directo unas cuantas a lo largo de esta travesía por aquí.
Se ha instaurado (hace ya tiempo) entre bastante gente, el carpe diem, el buenismo y todas estas corrientes que parece que nos quieren dar a entender que sólo hay que coger lo bueno, que lo malo escampa.
La muerte existe, los negativos también, los vampiros del tiempo ni te digo. Se trata de conocerlos y saber de su presencia, ello nos hará conocimiento para transformar en acción de cambio. De cambio hacia el otro lado de la barrera.
Esta claro que hay cosas malas en el mundo que nos rodea, muertes, crimenes varios, marrones que solucionar anteayer,… cada cual tiene sus cruces. Pero no hay que quedarse ahi. Si no, esta claro que no avanzaras nunca. Hay uqe conseguir ver mas alla de los problemas que todos tenemos para ver la luz al final y tener una meta, esa luz, ese momento de paz que existe cuando todo parece haberse solucionado.
La cosa está entre el “Haz lo que debas” de Spike Lee y la “Crítica de la razón práctica” de Kant,, de autoayuda nada, que estamos hablando de cosas serias ;-) .
Estoy con Yoriento, aunque sólo sea por reducción al absurdo, la tristeza y el mal rollo (y el bueno) pueden y deben separarse de las acciones que sabes que puedes y debes hacer o te quedas ensimismado en “la queja sin fundamento”, una especie de emisor de lamentos que no hace más que expandir el mal rollo y autoalimentarse. Incluso si no hay nada programado para hacer, !Haz lo que sea ¡ pero mantente en movimiento, como en la bici.
(perdona tanto link… estoy enredante).
Eso es un poco como los peces, si dejan de nadar y se quedan quietos se mueren. Las personas no llegan a ese extremo pero te paras y nunca avanzarás.
De acuerdo con mkl, si algo queda son nuestros “actos”, las palabras y los pensamientos se diluyen.
A veces no se tiene hambre hasta que se empieza a comer. El primer bocado cuesta, pero hay que darlo.
Muy de acuerdo con Miguel y contigo, Yoriento. Esa posición de “piloto automático”, “hago lo que tengo que hacer y punto” me ha sacado adelante unas cuantas veces.
Pero es el problema de hablar de manera general y no de situaciones particulares: que parece que lo expuesto es aplicable para todo. Entrar en modo automático es oportuno para unas ocasiones pero no para otras. Ahí está la capacidad de cada uno para discernirlas. Además, es diferente hacer un análisis para ver lo negativo de una situación a ver la situación negativa a priori.
En última instancia, si queremos ser prácticos, deberíamos apelar mejor al “buen rollo” que al malo, porque por lo menos nos sentiremos mejor ¿no?
Existen cosas que suceden sin hacer, otras suceden por hacer en demasía. Hay días distintos en los que el estado de ánimo no está en su mejor momento y eso es de humanos ¿no?. Comparto la idea de hacer lo que se tiene planificado hacer, porque como dicen acá en mi país “Barco parado no gana flete”.
El accionar forma parte de la vida y nada es permanente, ni estático.
Saludos
Qué bueno saber observar mis emociones (negativas o positivas) .
Qué bueno saber aceptar mis emociones.
Qué bueno saber expresar mis emociones.
Qué bueno saber convivir con mis emociones.
Qué bueno saber que mis emociones negativas o chungas no se pueden extirpar de ninguna raíz, que tampoco se pueden desintegrar ni eliminar físicamente.
Qué bueno saber que mis emociones forman parte de mi vaya donde vaya.
Qué bueno no dejar que mis emociones tomen la riendas de mi vida.
Qué bueno no estar sometido a los œcaprichos de mis emociones.
Qué bueno hacer lo que tengo planificado hacer.
AINTZANE,
efectivamente las emociones “nos ciegan” pero la clave está en seguir andando aunque sea a tientas.
En tu segundo comentario dices que hay que “ir más allá de los problemas para ver la luz.” Lo aquí se propone es que aunque no veas final del túnel y aunque los sentimientos te atenacen, no debatas con ellas, simplemente sigue andando. Así te envías un mensaje claro: aún sintiéndome mal y aún sin “esperanza percibida” no voy a parar, no decidiré la ruta en función de mis pasajeros. :-)
SENIOR,
pues ese es el problema, “darle un peso específico a las emociones”, tenerlas muy en cuenta. Uno puede levantarse por la mañana de mal humor o con pensamientos negativos, pero sigue yendo al trabajo.
En este caso hacemos lo que tenemos previsto hacer, y eso envía un mensaje a nuestras emociones: no vais a controlarme. Si decidimos nuestras acciones en función de nuestro estado de ánimo, empezaremos a dejar de hacer…
En tu comentario anterior hablabas de “sacar a los pasajeros negativos del autobús”, de nuestra vida. Pero esto es precisamente lo que no se recomienda desde esta perspectiva de ACEPTACIÓN, contra visiones racionalizadoras más habituales.
Los pasajeros mentales, los malos rollos y los sentimientos negativos NUNCA van a bajarse, siempre nos acompañarán. La diferencia está en prestarles o no atención, en ponerse a debatir o razonar con ellos, en usarlos como excusa para hacer o no hacer…
CRATIPO,
me ha gustado mucho esa expresión y la reutilizo: “lo malo nunca escampa”. Incluso en los mejores momentos o en situaciones normales nos da por pensar gilipolleces, por tener malos días, por sentirnos raros…
Por eso la metáfora del autobús me parece tan potente, porque muestra que sea cual sea la ruta, haga sol o no, siempre llevas pasajeros negativos que nunca bajarán. Pero es tu forma de relacionarte con ellos la que te hace depender o no de ellos: debatiendo y peleando para que “bajen”, siempre pendiente de cómo te sientes, de qué piensas, etc. para actuar de una forma u otra; o aceptándolos, sabiendo que de vez en cuando harán ruido pero no afectan a tu camino, a menos que tú les prestes atención. :-)
MKL,
Haz lo que debas porque se supone que lo tienes planeado y, si no, planifica algo, inicia cada día habiendo decidido qué hacer.
Los planes y los objetivos se pueden cambiar pero lo importante es no estar al pairo de las emociones arbitrarias de cada momento, de cada situación, del me apetece y del no me apetece.
Como bien dices, de las emociones negativas y el “debate interno” pasamos a las quejas, que se convierten en conversación externa y que reciben la atención social, cerrando así el círculo. De esta forma, no sólo atendemos a nuestros pasajeros sino que además los usamos en nuestra vida cotidiana con normalidad…
EMILCAVAN,
las palabras y pensamientos se diluyen…si simplemente los dejamos estar, sin darles la funcionalidad y el protagonismo que no merecen.
Si hacemos conversación de la queja del niño que no quiere comer, de la discusión instrascendente en pareja, del desánimo en la búsqueda de empleo como excusa para no seguir intentándolo, las quejas, las discusiones y la inactividad, se incrementarán, ¿no?
ESADELBLOG,
gran paralelismo ¡ Incluso aún sin ganas, simplemente ¿puedes ponerte a hacer lo que tengas que hacer? Aún sin hambre y sin sed, tan solo se trata de comer y beber. No condicionar lo que hacemos a lo que sentimos, para que las emociones no tomen el control de lo que hacemos.
IVÁN,
Seguir con el piloto automático, se trata un poco de eso. Pero como bien dices se puede uno poner “en manual”, es decir, cambiar decisiones y rumbos en función de los nuevos datos y del feedback que vamos obteniendo, qué duda cabe. Pero la cuestión importante es basarse en información, no en emociones.
Si en mi ruta encuentro un accidente de tráfico tal vez deba desviarme, pero otra cosa es hacerlo porque no me apetece, porque me ha dado por pensar “y si no voy bien por aquí, y si no me va a salir bien, y si…”.
Una cosa es levantarse un día y decidir que no busco empleo hoy porque está lloviendo a mares, o que no voy a dedicar la mañana a empezar un plan para cambiar mi carrera profesional porque me ha surgido una reunión imprevista, y otro muy diferente es abandonar los planes por malas sensaciones, por desgana, porque hoy no toca…
El problema de que uno o varios días uno “deje de hacer excepcionalmente” porque “no se tienen ganas” y/o porque se ha entrado en un debate interno y obsesivo sobre “para qué sirve lo que voy a intentar, o lo difícil que será alcanzar lo que me he propuesto”, es que esa actitud tiende a generalizarse.
RAIZEN,
tu lo ha dicho, hay días y momentos en que uno no está para nada, pero aún así es mejor y no tan difícil reducir un poco la cantidad y la intensidad de las tareas previstas, que dejarlas de hacer. Las excusas y la inacción basadas en malos momentos emocionales tienden a reproducirse con facilidad :-)
GREGOR,
tu comentario ya es de nota ¡ ;-)
Como creo que ya ves, en este blog intentamos debatir y proponer sin necesidad de mencionar teorías o modelos psicológicos con nombres pomposos y científicos.
Pero como tú bien expones con esa lista de conductas relacionadas con nuestra actitud antes las emociones, la metáfora del autobús es sólo una punta didáctica del iceberg, una herramienta de toda una metodología práctica (“psicoterapias conductuales”) que ayuda a mejorar los problemas que sufrimos ante la ansiedad y los pensamientos negativos que toman tanto protagonismo a veces.
Y es que a veces es bueno decir de qué estamos hablando, aunque sólo sea para que podáis profundizar aquellos que estáis mas interesados :-)
ENHORABUENA!! Todo muy interesante y útil.
Hoy es mi día de “dedica tu tiempo libre a hacer lo que te pida el cuerpo”. Hoy a sido quedarme en casa y surfear por la net, entre otras cosas: leer el mail que me advierte de que algo nuevo a sido escrito en este blog. Leer este artículo me ha venido muy bien. Mañana es mi día de “estudia inglés como una loca” y es lo que haré. De la misma manera que hoy hice otras cosas.
Me cuesta pero, intento tratar con mis emociones de forma racional y estoy empezando a lograr objetivos, vivir tranquila, ser independiente (en todos los sentidos) y hacer “lo que tengo que hacer”. Ir llorada por la vida, en general.
¿Es posible que la clave esté en enfrentarse con uno mismo? ¿En no abandonar en la tarea del autoconocimiento? ¿En no dejarse llevar? ¿En ser muy responsable de tu propia vida?
Interesantísimo!!
Hola Anónima,
muchas reflexiones y muchas cuestiones pendientes ¡ :-)
Fíjate que yo no estoy a favor de psicologizar demasiado, de eso de conocerse mucho, responsabilizarse, de reflexionar demasiado, de estar tan pendiente de las emociones, etc.
Creo que la sencillez lleva a buenos destinos: ponerse objetivos, e intentar alcanzarlos te lleva a estar más motivado en el camino…
Y si no llegas, pues te fijas otras metas. Y unos días estarás mejor que otros, pero si te mantienes ocupado/a, con una o varias misiones, aprendes a disfrutar también de habitos solitarios, que no dependan de los demás, la vida no creo que vaya muy mal… :-)
Demasiado simple mi reflexión? ;-)