¿Cuánto estarías dispuesto a pagar para acceder a un empleo o tener una oportunidad laboral?
Tal vez pongas el grito en el cielo por tamaña propuesta, pero antes deberías pensar en los gastos inútiles que ya hacemos con pasmosa normalidad cuando se trata de buscar empleo, incluyendo la “inversión” en cursos y masters varios de dudosa eficacia, desplazamientos a entrevistas presenciales y otras actividades de selección de personal, asistencia a sesiones de orientación o coaching, y otros tipos de dispendios relacionados por ejemplo con la impresión de currículos, el pago del acceso a internet e incluso por algunos servicios complementarios ofrecidos por los portales de empleo on line.
Pero también como concepto de gasto, nunca como inversión, tenemos que tener en cuenta el enorme coste de oportunidad que supone la dedicación temporal a la realización de actividades de búsqueda de empleo ineficientes. ¿Qué podrías haber estado haciendo en lugar de dedicar 8 meses de tu vida laboral a realizar, por ejemplo, un curso de “empleado de oficina” de 700 horas que nunca te sirvió, o mientras esperabas meses, o tal vez años, a que tus inscripciones en las infojobs de turno dieran sus frutos? Y es que nada es gratis aunque lo parezca, y cuando lo es suele resultar contraproducente. Encontrar empleo siempre supondrá unos costes indirectos.
Ahora imagina que existen agencias o servicios de intermediación laboral que prestan servicios directos de colocación o inserción laboral, tanto a personas que quieren acceder a empleos mejores que los que tienen, como a jóvenes que buscan sus primeras experiencias laborales, o a desempleados descualificados o con serias dificultades para encontrar trabajos razonables. ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar de forma directa por un servicio específico de colocación?
Ya lo hacemos cuando se trata, por ejemplo, de encontrar ofertas inmobiliarias o incluso si queremos conocer a otras personas, porque resulta mucho más económico y fácil que ponernos a realizar esas gestiones de búsqueda por nuestra cuenta. Es más, en muchos casos y en algunos contextos como ya ha comprobado quien lo sufre o lo ha sufrido, uno puede estar haciendo esas gestiones durante mucho tiempo sin tener éxito, sobre todo porque no siempre es fácil acceder directamente a la información en estos “mercados”.
Muchas personas que buscan empleo y que pueden llegar a argumentar que “no hay trabajo“como posible causa de su situación o como excusa para no seguir inténtandolo, se sorprenden al conocer el número de contratos temporales que se realizan, en España, 16 millones en 2007. La pregunta pertinente no es, por tanto, si hay o no trabajo, sino ¡¿cómo es que yo no “me cruzo” con el empleo que hay?! ¿Dónde están esas ofertas, cómo se accede a ellas?
La opacidad de este mercado del empleo y los modelos de intermediación laboral que utiliza, son los responsables de la gran inversión que uno debe realizar para emplearse o mejorar profesionalmente. Los buscadores de empleo se ven obligados a desarrollar habilidades relacionadas con encontrar un trabajo que no siempre son fáciles de elegir ni de perfeccionar, y a invertir el tiempo y esfuerzo necesarios para aplicarlas. ¿Por qué me obligan a convertirme en un experto “buscador” cuando lo importante es ser un experto en mi ámbito profesional?
¿Qué efectos generaría en los trabajadores o buscadores de empleo la existencia de estos servicios de colocación o portales de empleo de pago, tipo infojobs.net ? ¿Cómo influiría en los servicios de orientación, y sobre otras políticas “activas”, como la formación para desempleados o la inscripción como demandantes en servicios públicos de empleo? ¿Qué pasaría con los que no encuentren empleo “ni pagando”? El debate no es nuevo, pero es apasionante y mucho más complejo de lo que parece. Empecemos por el principio: ¿cuánto estarías dispuesto a pagar de forma directa por un servicio específico de colocación?
¿Sería legal? Es decir, me inscribo en una agencia de esas, y cuando me encuentran un trabajo y soy contratado, les tendría que abonar una determinada cantidad por sus servicios.