Es lunes por la mañana, el momento más común para que ocurra un infarto. ¿La razón? A muchos trabajadores se les eleva la tensión arterial cuando regresan a la oficina después de un fin de semana. Nos gusta creer que el sentido de la vida no está en el trabajo y que todo lo que se hace entre semana o en las jornadas laborables debe ser mera obligación. El tipo de ocio de centros comerciales y sábados por la noche considera gran parte de nuestra vida una trashumancia recurrente hacia los esperados fines de semana en los que deben ocurrir acontecimientos sorprendentes y apasionantes.
Muchos jóvenes sin estudios ni cualificación profesional específica, o con ella, se embarcan y mantienen trabajos precarios y/o desmotivadores durante gran parte de su vida para poder afrontar el pago de las letras de su Golf de 20.000 euros que plantan cada finde delante de la discoteca de turno. Pero también gran número de funcionarios/as simplemente dejan pasar las mañanas como un mal menor, como un trago necesario para llegar a esas tardes libres sin obligaciones, todo un estilo de vida.
Parece que pocas personas humanas declaran estar razonablemente satisfechas con el trabajo que desempeñan, con la pareja que tienen o con su estilo de vida, sean cuales sean estos. Tenemos especiales dificultades para disfrutar y aprovechar gran parte del presente, siempre se estará mejor allí donde soñamos con llegar, generalmente cualquier otro sitio o situación que no sean los actuales. En fin, es nuestra forma incoherente y quejosa de vivir, un hábito muy resistente. Anhelamos vacaciones y nos obligamos a pasarlo bien y a descansar en momentos específicos del año, y cuando volvemos nos encontramos de nuevo con otra obligación, la de recuperarnos de las propias vacaciones para retomar el trabajo. Sufrimos “estrés laboral”, “estrés vacacional” y “síndrome postvacacional”. Jo, no hay forma de librarse ni de etiquetas diagnósticas a tutiplén ni de malestares creados.
Tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor, pero aunque las tengas se requiere la habilidad para organizar la vida cotidiana y poder disfrutarlas todos los días. Hasta aquí la teoría, vayamos a la práctica: ¿qué actividades concretas y cotidianas se te ocurren para disfrutar más del trabajo y de la vida entresemanal, en lugar de esperar que los sábados compensen nuestra supuesta semana de penurias? Gritar ¡por fin es lunes! es un objetivo alcanzable que tiene que ver con la forma en que organizamos…los lunes.
Hola Yoriento,
Estoy muy de acuerdo con lo que comentas.
Tenemos que disfrutar lo máximo posible todos los días con las cosas que hacemos tanto en nuestra vida personal como profesional.
Las cosas con las que disfrutar no solo pasan en fin de semana. Debemos abrir nuestra mente y saber sacar lo bueno de todas las cosas que hacemos.
Saludos,
Juan Martínez
Hola JUAN,
Es cierto que muchos empleos son precarios y/o desmotivadores, que es difícil disfrutar con ellos. Pero un estilo de vida tan dual en que lo bueno se supone que sólo pasa los findes (y eso es una hipótesis) no parece que sea lo ideal, por muy establecido y generalizado que esté.
Un gusto verte por aquí de nuevo ;-)
ups… ¿personas humanas?
Yo creo que debido a la variedad de personas y formas de pensar, las dos posibilidades son válidas y serán tan buenas o malas, en tanto en cuanto el que las viva se conforme, adapte o mejor dicho acepte.
Hola JOSÉ LUIS,
las dos posibilidades son válidas pero creo que una es más ventajosa y con menos efectos secundarios que la otra.
Si aprendemos a disfrutar más de las no vacaciones, pues eso que añadimos a lo que ya tenemos, que es disfrutar de las vacaciones, aunque la forma de sacarles partido a éstas últimas también puede mejorar, no?
Creo en promover ese estilo de vida que propugna disfrutar y ocuparse activamente de cualquier parcela vital, sin tanto maniqueo entre lo personal y lo profesional, el trabajo, las vacaciones y los fines de semana ¡
Por supuesto que el tiempo de ocio siempre será diferente de aquel tiempo en que estamos obligados a realizar tareas a cambio de dinero, pero sin extremizar (vaya palabro).
Amigo ANÓNIMO,
“personas humanas” es una expresión popular que se utiliza en este blog de manera redundantemente humorística para criticar ciertas psicologías que utilizan muchas palabras y conceptos circulares, abstractos o demagógicos que no significan mucho o no aportan propuestas concretas.
No te ha gustado? :-)