
ORO: Planificar
Definir y perseguir metas sigue siendo la clave para mantener y aumentar la motivación. Si, por ejemplo, tu trabajo no te gusta o te parece rutinario en gran parte se debe a que no te planteas retos o pequeños objetivos a alcanzar. Un repartidor de furgoneta podría, por ejemplo, llevar un registro de los paquetes que se trajina cada día o del tiempo medio que invierte por envío. Un administrativo prestaría atención al número de expedientes o gestiones específicas de los que se ha encargado con éxito. Un orientador/a atendería al número de casos de los que se encarga y a determinados objetivos específicos relacionados con el servicio que presta. Y no sólo hablamos de números, también de la calidad de los que se hace, de la mejora de cada procedimientos o actividad en concreto. La planificación reduce la apatía y la pereza.
¿Qué puedes planificar que no planificas?
PLATA: Hacer
No dejar para mañana lo que puedes hacer ahora, y hacer hoy más de lo que tienes previsto. No hacer lleva a hacer menos y además suele implicar los típicos pensamientos negativos de culpabilidad sobre lo que se “debía de haber hecho”. “Procrastinar” es como algunos describen estos frecuentes comportamientos de diferir y retrasar actividades pendientes. Hacer lleva a hacer más, a conseguir y por tanto a estar más motivado, y a generar nuevos escenarios y alternativas inesperadas.
¿Qué puedes hacer para hacer más hoy?
BRONCE: Aceptar
Dedícate a disfrutar de lo que tienes y de lo que consigues, y no te ocupes tanto de lo que supuestamente te falta. El estrés, la ansiedad y la insatisfacción tienen que ver con expectativas y objetivos muy exigentes, con seguir ritmos que no son los nuestros y con las comparaciones continuas con los ritmos de otras personas y sus estilos de vida, lo que genera el acoso de pensamientos negativos, de pasajeros incómodos que nos cuestionan continuamente sobre supuestos fracasos (lo que debería haber salido bien), sobre supuestos deberes (lo que deberíamos haber hecho), sobre supuestas necesidades (lo que deberíamos conseguir) y sobre supuestos intereses (lo que debería gustarnos). Y es que la vida es como es y no como “debería”.
En las olimpiadas de la vida es necesario conseguir, no sólo estas tres medallas, sino otras más. No obstante coincido en que las que mencionas son fundamentales.
Por mi parte creo que la de Bronce es la más difícil de alcanzar de las tres, pues vivimos en un mundo de estrés de comparaciones sociales y de ritmos culturales impuestos que son también difíciles de salvar, así que sin una buena dosis de amor propio y sin un antídoto contra los paradigmas, “Aceptar” las cosas se hace cuesta arriba.
“Hacer” y “Planificar” son menos subjetivos, por lo que con sólo poner un poquito de esfuerzo y algo de auto-educación en función de ser constantes, podremos conseguirlos en el corto plazo.
Tus medallas no dejan de ser una buena analogía para alguién que busca respuestas sobre lo que significa la vida y de cómo ganar a cada reto que encontramos en ella.
Saludos
SM
Buen post. Coincido con SM es que posiblemente la más díficil de conseguir sea la de bronce.
En cualquier caso, pelear por estas tres medallas mejoraría el estado de ánimo de mucha gente.
JM
SENIOR,
coincido contigo en que la autoexigencia y la falta de simplicidad en el día a día son problemas realmente importantes.
Parafraseando, comentaba CAMILO en un artículo anterior que la clave estaba en saber cuándo aceptar y cuando seguir intentándolo. Creo que son compatibles, es cuestión de timing. Si recibes calabazas y tu actitud es la de tomártelas con normalidad estás preparándote para nuevas oportunidades…
JM,
la mera intención de planificar, hacer y aceptar ya es un primer paso importante. Pero como venimos diciendo, esto son simples recomendaciones que deben ser aterrizadas en cada caso y cada situación. Se supone que para eso están orientadores, psicólogos de pro y recursohumanistas que pueden ayudan a concretar y a dar pistas…