La precariedad laboral y la precariedad en el empleo en particular, se evidencian en que los licenciados salen cada vez más baratitos y leo a Vicente Verdú en El País:
“Se trabaja como cumpliendo un castigo en tiempos en que nadie aceptaría merecerlo. Hace ya tiempo que la esperanza en la transformación del sistema parece enterrada. La gran masa se halla en muy mal estado y, lo que es decisivo, ha llegado al punto en que ha dejado de estimar su tortura como un designio de Dios, una fatalidad del destino o una penitencia que cree merecer.
Ni Dios, ni Destino, ni Culpa. Instruidos, informados, consumidores experimentados, escépticos, infieles, individualistas, críticos, los ciudadanos van dejando de asumir que las cosas sean necesariamente así y sin remedio.
Comprueban que su mal y el de los otros responden a la injusta ordenación del mundo y, al igual que en otros tiempos en que una inmensa mayoría de la población penaba en el interior del sistema, el sistema no podrá soportar su inteligente revulsión.”
Cómo no reconocerlo: la precariedad laboral ha pasado de ser una situación transitoria a un estilo de vida, un símbolo inequívoco de la sociedad del capital donde a las personas se les reserva el papel de meras piezas del tablero y no de jugadores con suficiente poder para decidir.
Y lo digo sin acritud ni desencanto, sólo con afán descriptivo.
La omnipresencia y fortaleza de este modelo hace mucho tiempo que ha atemperado las emociones negativas y nos ha llevado desde la frustración que produce lo injusto hasta la aceptación crónica de que así son y serán las cosas, de que los salarios de mucha gente no mejorarán por muchos esfuerzos que hagan y que sus empleos, si los tienen, tenderán a ser más rutinarios, dedicados y estresantes cada día.
Claro que algunos consultores, directivos y políticos bienintencionados seguirán insistiendo en vendernos las ventajas de la globalización y el de la “sociedad del conocimiento”, idealización que para gran parte de la población se reducirá a utilizar su certificado digital para acceder a su cuenta bancaria y comprobar cómo varía la cuota de su hipoteca, y a seguir al GPS de forma compulsiva hasta los lugares donde podrá usar con solaz su tarjeta de crédito.

La invasión de los ultracuerpos (1978)
Si alguno pensáis que me está saliendo un artículo pesimista, deberé recordaros con cariño que el pesimismo es otra cosa.
El peligro que supone esta permanente precariedad no es que se haya instalado inopinadamente, como el que no quiere la cosa, sino que nos ha hecho pensar que esta forma de vivir es prácticamente la única posible.
Me recuerda aquella mítica película, La invasión de los ultracuerpos, en el que unas vainas extraterrestres suplantaban a los seres humanos mientras dormían.
Pues eso, que un día te levantas y descubres que tu título universitario no te alcanza para conseguir la vida que pensaste, aunque tal vez no se pueda negar que cada uno de nosotros pueda tener también algo de responsabilidad en el fiasco.
Y al día siguiente decides comprar un piso porque alquilar es tirar el dinero y para algo deben servirte los ahorros que les has sacado al salario mileurista viviendo con los progenitores.
Si los resultados de los comicios muestran las dos Españas, el mercado de trabajo hace tiempo que reveló los dos tipos de trabajadores: aquellos que tienen margen para una cierta creatividad y para el trabajo motivador y razonablemente remunerado (y también cierta holgura en la cuenta corriente); y aquellos que no, que cada vez serán muchos más.
Lo de siempre, los que más tienen cada vez tendrán más, y los demás, cada vez menos. Pero la noticia no es tanto esta conocida polaridad como el hecho de que hace tiempo que la cosa está asumida.
Nos dicen que si aceptamos estos salarios los precios se mantendrán bajos, que si trabajamos más horas la economía mejorará, que los buenos empleados siempre obtienen su reconocimiento, y que continuemos reciclándonos y haciendo cursos para mejorar en nuestro empleo, para no perderlo o para encontrarlo.
Hace tiempo que éstas y otras mentiras ya no nos molestan ni sublevan, hemos aprendido a tolerarlas e incluso a reírnos con ellas. Y eso no está mal, porque nos permite vivir y sobrevivir, a veces con alegría y puede que con hasta dignidad.
Pero seguramente algún día esta imparable y destructiva polarización nos despertará y provocará que muchos nos caigamos de la cama de la apatía y la inercia, y que otros salgan de debajo de sus cartones. Tal vez ese sea el inicio de la próxima revolución social aunque, como en el caso del cambio climático, a ver quién le pone fecha.
Aunque hay salvación, un área de gran crecimiento en los próximos años es la RSE y como dice µÃŸio: “Las empresas terminarán por cuidar a sus empleados como el tesoro mas preciado”.
¡Salud!
¡Gracias por la cita!
@MPIRYKO,
puede que haya salvación o tal vez extinción o tal vez cambio de era, qui lo sa. Lo que si me parece es que de momento el tema de la Responsabilidad social corporativa que mencionas me parece una colosal campaña de marketing, sobre todo para las empresas que la utilizan, aunque también para los gobiernos que deben vender preocupación por los trabajadores.
Tal vez tu tengas otro conocimiento y perspectiva del asunto ¡ :-)
Usted siempre es bien venido. Puede preguntar lo que quiera… otra cosa es que encuentre respuestas convincentes. Pero la cervecita bien fría, se lo prometo, la tendrá a su disposición.
Hola, no se si sabrán, pero soy Argentino, tengo 27 años y desde que tengo uso de razón estas frases son parte del consciente e inconsciente colectivo en mi país:
“la esperanza en la transformación del sistema parece enterrada”
(aquí el sistema ya se murió y ha resucitado con el papel de villano en película de terror)
“a las personas se les reserva el papel de meras piezas del tablero y no de jugadores con suficiente poder para decidir”
(alguna vez fue distinto?)
“nos ha llevado desde la frustración que produce lo injusto hasta la aceptación crónica de que así son y serán las cosas”
(así son, así sobrevivimos y así tuvimos que aprender a no dejar escapar una sonrisa que pase cerca)
Me da mucha lastima que vayan por el camino que la gente de mi País ha transitado, donde los que salen debajo de sus cartones ya dejaron hace tiempo, de ser una pequeña minoría.
Saludos
Emiliano
Weblog-Lab.com
La precariedad laboral está ya tan arraigada en España que la hemos adaptado como si hubiera estado siempre entre nosotros. Un trabajo temporal mal pagado es casi un tesoro para los muchos que no tienen empleo o que apenas consiguen algo en que trabajar y si contamos cuantos mileuristas tenemos activos en este momento, no nos alcanzarían las calculadoras de todas las delegaciones del INEM juntas.
Por cierto yo tampoco estoy siendo pesimista, más bien estoy siendo bastante realista…
No descarto que existan soluciones y confieso que tengo (y abrigo) la esperanza de que se trate de una situación transitoria, sobretodo porque luego de leer el comentario de Emiliano me acuerdo de que en otros países se presentan situaciones aún peores… Dije me acuerdo, porque (no se si sabías) he trabajado en México y Venezuela y allí la situación es tan dura para los trabajadores y desempleados que simplemente se echan a la calle e invaden las aceras convirtiéndose en vendedores ambulantes de casi cualquier cosa con la complasencia del gobierno que no puede hacer nada contra éste comercio informal, pues tampoco puede garantizarles un trabajo digno…ni siquiera de mileurista.
Volviendo a España creo que tenemos los recursos para invertir el problema y encontrar salidas para no llegar a lso extremos de latinoamérica, aunque me temo que a largo plazo, pues no se trata de una situación coyuntural…
Saludos y gracias por invitarme a tu Bar.
PD: Por cierto la versión que más me gustó de “La Invasión de los Ultracuerpos (Título original: Invasion of the Body Snatchers) es la protagonizada por Donald Sutherland.
@GREGORIO,
tendremos que tomarnos la palabra y las cañas prometidas…
@EMILIANO,
creo que la situación en tu país aún difiere mucho de la nuestra por razones más estructurales que coyunturales.
Tal vez el tono del post me ha salido un tanto apocalíptico pero mi intención era resaltar más el conformismo en el que somos capaces de situarnos.
Como en la metáfora de la langosta o de la rana que es capaz de morir hervida si se sube la temperatura de forma muy gradual, la precariedad nos invade y es aceptada hasta con naturalidad, pero el tema va más allá de lo puramente económico.
Me quedo con eso de “no dejar pasar una sonrisa que pase cerca.” Gracias por tus opiniones…
Insisto un poquito.
Antes, hace 40 años había muy poca variedad en la formación. Hoy hay miles y 5 6 niveles o grados, el catálogo formativo español, es vastísimo. Por lo que habrá que elegir a los instruidos especialistas y hay pocos, después del babiboom de los 60. Cuando se requiera formación contínua y constante, pues todo cambia a una velocidad de vértigo, tendremos que formar y titular a los empleados, uno por uno, y entonces el que se vayan a la competencia, será un problema grave. Así será o al menos así creo que será. Los malos empresarios, no tendrán trabajadores.
¡Salud!
@SENIOR M,
lo dicho, que el problema no es tanto la precariedad en sí misma, sino comprobar cómo la sociedad está tan desarticulada que no es capaz de reaccionar porque se encuentra acomodada y viviendo de las rentas y del apoyo familiar, lo que va facilitando que esa precariedad se convierte en algo endémico.
Desde una perspectiva que me permite hablar con cientos de personas trabajadoras al año, percibo que el interés por la profesionalidad es cada vez menor y que vida laboral es temporal y de supervivencia, salvo en los casos de profesionales más especializados y solicitados, por lo que, como bien dices, la gente es capaz de aceptar cada vez peores empleos con normalidad.
Está clara la tendencia, deberíamos no perderla de vista…
Esa versión que comentas de la película es la que más me gusta también, de hecho es la que he enlazado en el post.
Gracias por venir, tómate lo que quieras. ;-)
@MPIRYKO,
tienes razón, los especialistas y el personal cualificado serán necesarios y es posible que la demanda no cubra la oferta en ciertos sectores y momentos, pero tampoco hay tantos puestos con este perfil y no creo que se trata de una situación generalizada. Lo que sí se percibe claramente es la segmentación del mercado que crea unas grandes bolsas de trabajadores poco cualificados y con alta temporalidad.
Comentaba en el post que la sociedad del conocimiento y las tecnologías, y otros supuestos “nuevos yacimientos de empleo” no están creando tanto empleo especializado como se quería pensar. El mayor volumen de empleo lo proporciona el sector servicios y es de una cualificación baja y media baja.
Creo que sólo hay que hacer una encuesta entre nuestros conocidos para comprobar que la estadística no engaña ¡ :-)
El debate continua ¡ ¡
Yoriento, últimamente no paro de descubrir buenos blogs… ahora tropiezo con el tuyo a través de Guía de Gerencia.
Me parece muy bueno.
Un saludo,
Carlos M.
Tienes mucha razon en tu comentario. La precariedad es algo instaurado en España y en todo caso yo creo que esto ira a peor.
Antes, una familia con solo una persona activa (normalmente el cabeza de familia) era capaz de comprarse una casa, un coche y darle educacion superior a 1-2 hijos.
Hoy en dia, un motrimonio, trabajando los dos..casi no llegan a fin de mes. Entre la clase empresarial española, se ha afianzado la idea de “competir” en base a costes laborales. Y asi no se va a ningun lado en una economia globalizada como la actual.
Pero bueno, siempre puede ser peor. Mira como andan por Italia:
http://tinyurl.com/2ltjtr
(que da vergüenza ajena)
O lo que piensan los empresarios españoles. Que la generación Y se esta convirtiendo en MUY QUISQUILLOSA!!! y que piden tener una vida privada y no trabajar todo el dia!!!. Seran cara estos nuevos licenciados con insuflas de grandeza, dicen ellos….Lo que hay que oir:
http://tinyurl.com/6bdnpz
http://tinyurl.com/5bh6l4
Hola CARLOS,
me alegro que uno de tus “trompazos” te haya traído hasta aquí. Ya te he fichado en mi reader, para conocernos mejor ¡ ;-)
TRABAJO EN EL EXTRANJERO,
interesante e informativo tu blog. Tal vez te interese pasarte por http://www.orientacionprofesional.org y hacer algún que otro comentario por allí para difundirlo ya que es un sitio visitado por orientadores, sobre todo.
no entiendo….
saludos a todos el cent. n º 51