– Deberíamos casarnos.
– ¿Crees que sería una buena esposa?
– Tienes tu propio negocio, no te importa cuando aparezco… ¿Qué tamaño de Cadillac prefieres?
– Ya sabes, no hago planes y no hago el desayuno.
Mad Men, Episodio 1×01
Estoy pensando que sería una buena idea montar un nuevo blog en el que cine y televisión tuvieran el protagonismo. Como puedes imaginar la pretensión no es centrarse en la crítica cinéfila estrictamente hablando, sino intentar aprovechar el nuevo escaparate como una excusa más para encontrar diálogos, moralejas y escenas que poner en valor para la psicología y la consultoría. Y seguir divirtiéndonos, si es posible.
En los últimos tiempos disfruto casi diariamente de series y pelis seleccionadas y descargadas con mucho cariño como, por ejemplo, Mad Men y es que si me dejara llevar la Tele de Yoriento se comería al resto de las secciones y temas del blog. De ahí mi motivación por buscar otro espacio de opinión que incluso podría ser colaborativo a medio plazo. De momento se me ha ocurrido contarle la idea a Miguel, que es un sibarita de lo videomusical, y tal vez puedan incorporarse otros inquietos redactores/as a los que les guste intentar ver más allá en cada fotograma o vuelta de tuerca de guión. ¿Quizás tú también quieras participar? Todo se andará.
Este nuevo interés mío sigue confirmando que la cosa profesional y los placeres estrictamente no laborales pueden relacionarse de forma íntima y bien avenida. El sentido de la vida puede estar también en el trabajo y ser “de película”. Pero no he venido hoy a hablar de más bitácoras sino de Mad Men, una serie de un tiempo pasado que refleja problemas, contradicciones y estilos de vida muy presentes. Ayer vi el último episodio de la primera temporada de esta subyugante serie dramática que podéis ver en Digital + en Abril o descargarlo ya del Emule con la ayuda de Asiateam. Os dejo con dos jugosos comentarios y con su gran cabecera musical y metafórica.
Jugoso comentario 1 sobre Mad Men.
La historia del personal de la agencia de publicidad Sterling Cooper en el Nueva York de los años sesenta. Una nueva forma de enfocar el mundo laboral desde dentro en tiempos de grandes cambios (todos fuman a destajo), pero con mucho estilo, cierto distanciamiento y bastante ironía. Matthew Weiner, guionista estrella de Los Soprano, ha compuesto un retrato colectivo lleno de matices y detalles en el que figuran el directivo estrella al que todos quieren ver caer, los aspirantes sin escrúpulos, las secretarias infravaloradas que nunca han oído hablar del término “acoso laboral”, un mercado en proceso de expansión meteórica en el que todo está por venderse, y una sociedad que aún debe despertar del sueño americano. Os dejo la cabecera, que por sí sola ya vale la pena, y el vídeo promocional.
Jugoso comentario 2 sobre Mad Men.
Me gusta Peggy, la secretaria pueblerina con principios (¿o era “sin escrúpulos”?), Joan, su resabiada y práctica mentora, Midge, la mujer moderna y libre (y me temo que también de destino trágico), Betty, la abnegada esposa al borde del colapso total y toda esa panda de jovencitos repeinados que pretenden dominar el mundo anunciando desodorantes y tabaco de marca. Aún no he decidido si esta serie me gusta de verdad, pero espero que sí lo haga. Quiero que “Mad Men” me guste.
[…] una estética sobresaliente y un contexto que te atrapa. Esperando la tercera temporada. También Mad Men ha pasado por el blog. Créditos de diseño, y gran banda sonora que no te cansas de […]