Decía en un anterior artículo sobre las quejas que cuando una jirafa se acerca a un árbol muerto y descubre que no hay ni una sola hoja, no se pone a gritar ¡Dios mío, qué tragedia, esto es un desastre¡ En lugar de ello sigue yendo de árbol en árbol hasta que encuentra algo de comer. A los propios árboles les pasa algo parecido: no se quejan nada a pesar de que tienen que buscarse la vida sin moverse del sitio.
Jose Manuel del Valle, psicólogo madrileño de los buenos (por si os hace falta) y uno de los editores del Portal de Conducta, me envía esta imagen con mensaje: “he visto esta foto en la red, conociendo tu tendencia a coleccionar imágenes útiles para tus actividades, esta que te envío dice mucho sobre la tenacidad.” Esto de las interpretaciones metafóricas es muy flexible: viendo al arbolito luchando por sobrevivir se podría hablar de perseverancia, pero también de adaptación, de aceptación de las cosas como son, de actividad… Sea cual sea el lugar donde te ha tocado estar plantado, la diferencia entre unos y otros es ponerse a echar raíces o no.
Lo bueno de las metáforas, frases e historias es que “obligan” a que cada uno saque su propia moraleja. De esta forma, orientadores, educadores, coachs y otros asesores compulsivos podemos evitar poner velas en entierros que no siempre nos corresponden. Iván ya señaló, por ejemplo, que el estilo del artículo sobre cómo caer bien se aproximó peligrosamente a la autoayuda rancia. Y es que cuando uno se descuida puede acabar dando consejos a troche y moche, y eso no puede ser bueno.
¿Cuándo fue la última vez que diste una lección o sentaste cátedra sin que te lo pidieran? Yo he perdido la cuenta.
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Viendo al arbolito sobrevivir…yo también diría que podría tratarse de suerte (en este caso de mucha)…digo, porque no creo que la semilla haya subido esa cuesta “caminando”…La suerte también juega un papel fundamental en las historias de las personas (y de los árboles, animales y cosas)…No hablo de la suerte que cada uno se forja, ni la de los dados…sino de la que dicta el azar universal arreglando todo de una forma armónica y perfecta. Es evidente que el arbolito ha perseverado y hasta ahora ha prevalecido…pero no quiero ni pensar de que ha valido tanta tenacidad si mañana le cae un rayo…así por azar…o tal vez ya le cayó y no lo sabemos. En todo caso, estoy seguro que este arbolito no escogió vivir allí… como le pasa a muchas personas que no eligieron nacer en un lugar determinado, dentro de una familia determinada…religión…sociedad…cultura…etc. Pero están allí (por pura suerte) y como el arbolito tendrán que lidiar contra los elementos para sobrevivir…hasta que esa misma suerte decida lo contrario…
Hola Senior,
sea como fuere, por la suerte o por méritos o deméritos propios y ajenos, una vez que estamos plantados en una empresa, en una relación o en un empleo, el balance entre el tiempo que dedicas a quejarte de lo mal que estás o lo bien que podrías andar en otro sitio, y el que dedicas a interesarte y profundizar allí donde estés, es lo que nos diferencia a unos de otros. Aunque la suerte decida la contrario ;-)
Yo no creo en la suerte, yo creo en la constancia, el esfuerzo y la perseverancia. Todo eso unido es lo que nos encamina a ser exitosos.
El arbolito nació ahí porque nació ahí… Simplemente sucedió. Los árboles no eligen, nacen, crecen, se multiplican y mueren. El ser humano puede elegir continuar o no en una situacion determinada, y sea lo que sea lo que elija, igual tiene razones :)
Saludos perseverantes
Hola Raizen,
la suerte, la posibilidad de elegir, la voluntad y la libertad… Temas recurrentes cuando hablamos de personas, de psicología, de objetivos.
Volviendo a la metáfora, me conformo con afirmar que éstés donde estés, puedes centrarte en intentar no estar tan mal o estar mejor, o puedes dedicar ese tiempo a justificarte y quejarte.