El pasado viernes nos preguntábamos por qué la mujer mató a su hermana. La supuesta “respuesta correcta” la he incluido en un comentario que puedes ver en el propio artículo Test de Psicología: ¿eres un poquito psicópata?
La wikipedia dice que “los psicópatas no pueden empatizar ni sentir culpa, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos. No necesariamente tienen que causar algún mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su beneficio. Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie. La mayor parte de los psicópatas no cometen crímenes, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos sin sentir por ello remordimiento alguno”.
No sé, no sé, pero a mí me parece que millones de personas podríamos encajar en este perfil, comportarnos de esta forma en algún momento de la vida, con personas específicas y/o en determinados contextos.
Y es que, una vez conocida una etiqueta o adjetivo calificativo en concreto como el de “psicópata”, uno tiende a aplicarlo alegremente cuando lo cree oportuno, por ejemplo, en el caso de personas que se comporten aparentemente de forma fría, calculadora, tranquila o resignada en determinadas circunstancias: experimentar un despido laboral, el abandono de la pareja o la muerte de un ser querido. Más allá de la psicopatía, este tipo de epítetos psicologizadores ya son moneda habitual de cambio en la comunicación cotidiana:
Mi primo se pone neurótico perdido cuando conduce; el vecino de arriba tiene tal pinta de esquizofrénico que un día nos da un disgusto; mi madre tiene una depresión de caballo…
Utilizamos este tipo de diagnósticos populares porque supuestamente parecen ayudarnos a entender y conocer mejor a las personas que nos rodean, como en el caso de los prejuicios. Etiquetar nos permite ordenar la realidad, darle un sentido, y eso hace que nos creamos más seguros.
Desde hace algún tiempo los niños ya no son traviesos a secas. Ahora si un chiquillo “muestra inquietud o se mueve en el asiento”, “se levanta cuando debería estar sentado”, “corre y salta en situaciones inapropiadas”, o “interrumpe a otros en los juegos, conversaciones, etc.” podría tener un TDAH o trastorno de hiperactividad. Aplicando la ciencia de lo absurdo, decimos que un chico/a es hiperactivo porque no se puede estar quieto; y si el maldito no se puede estar quieto, es debido a su hiperactividad.
No sé de qué nos extrañamos porque esta psicología circular, que da razones pero no explica nada, la utilizamos desde siempre. Así, cuando una persona no aprende demasiado debe ser que no es muy lista, y a su vez “diagnosticamos” que no es muy lista porque le cuesta aprender; decimos que la gente no es emprendedora porque comprobamos que no muestran iniciativa ni toman riesgos, y a los que no se arriesgan, les tachamos de poco emprendedores; algunos desempleados no buscan empleo porque no tienen motivación; y que no están motivados lo sabemos porque no buscan curro.
Creo que no deberíamos dedicar más tiempo a seguir clasificándonos como deprimidos, psicóticos, desmotivados, no emprendedores, hiperactivos o tontos. Con esas etiquetas no explicaremos ni cambiaremos nada, al contrario, las personas calificadas tenderán a comportarse siguiendo la valoración que hacemos de ellas, la famosa profecía que se cumple a sí misma o el efecto pigmalión:
Al niño torpe lo pondremos al final de la clase para que cumpla con su destino en vez de adecuar el contexto y enriquecer la educación para facilitar su aprendizaje; a la persona desmotivada laboralmente le daremos unas ayuditas para que se haga subsidiodependiente, en vez de apoyarle para generar habilidades, valores e intereses profesionales nuevos; para los jóvenes que “sufren” de falta de emprendimiento, sigamos creando empleos públicos, en vez de incluir el emprendizaje en la educación, aumentar el valor social de la creación de empresas, reducir la burocracia y apoyar para dar el salto.
Si es lo que nos gusta, sigamos haciendo tests y pruebas para etiquetar a la peña. Pero focalicemos, no sobre lo que la gente supuestamente ES, sino sobre lo que hace y lo que quiere hacer para mejorar su vida aquí y ahora. Lo que somos depende de cómo nos comportamos y nos podríamos comportar, de lo que pensamos y podríamos pensar, y de lo que nos gusta y nos podría gustar. Y eso lo podemos cambiar y mejorar todos los días.
La pregunta no es “quién eres”, ni qué puedes o pueden decir de tu vida en este momento, sino qué quieres hacer con ella. Y para ayudar está la “psicología de la buena”, no la que etiqueta y analiza sino la que propone cambios concretos y comprueba avances. En ello estamos.
¡Creo que todos queremos que nos salga bien la vida! lo importante es tomar consciencia de ello y reconocer cuando necesitamos ayuda, para realizar los cambios necesarios…Las etiquetas no me gustan, creo que algo que se repite mucho, termina por creerse y formarse un modelo mental equivocado…
Me gusta tu profesionalismo al escribir… Saludos
Hola Raizen, creo que a ti el test del psicopata te salio negativo, no? ;-)
Según la respuesta sííííííí :) a las pruebas me remito… Saludos y tuorientas!!!…
Si eso es un psicópata, entonces qué es un sociópata. ¿Lo mismo?
Hola Asun,
pues eso, que entre tanta etiqueta psiquiátrica es fácil perderse porque los criterios con los que están hechas son confusos y arbitrarios.
En esta jerga, se supone que la sociopatía es una psicopatía específica caracterizada por falta de empatía y de dificultad para relacionarse y pertenecer a grupos, y de ausencia de temor por las consecuencias sociales de sus actos, a veces irracionales, a veces violentos, etc.
Pero, en fin, los tipos de conductas y perfiles que podrían encajar con esta definición es tan amplio…
Hola!
He leído mucho sobre los psicópatas.
Hay muchísimos, creo que un 2% de la población lo es.
Tiene 2 características fundamentales: ausencia de empatía y ausencia de remordimientos.
Saludos de otro psico-loco!
Intoku, los psico-locos son siempre bienvenidos ¡ Y como yo sé que tú eres muy empático, pues mejor :-) Sobre tus remordimientos ya no puedo decir mucho ¡
¡VAya blog currado!
Enhorabuena, gracias por enlazarme.
100% de acuerdo, quitemos de una vez las etiquets. ¡He visto tantas veces el daño que hacen!
¡Hola!
Enhorabuena por el blog, muy currado.
Totalmente de acuerdo: las etiquetas hacen más daño que bien. ¡Lo he visto tantas veces!
http://desarrollate.blogspot.com
Hola Magdalena, un placer conocerte ¡ :-)
Felicitaciones por el blogg
A mi me parece que con tanta propaganda a favor del agnosticismo y hasta del ateismo o sea una sociedad oficialmente sin Dios ni moral alguna no debe extranarnos lo que vemos a nuestro alrededor
No sé, Joan, porque también en el ámbito de la moral religiosa también pueden comprobarse algunas psicopatologías frecuentes, no? El agnosticismo es un valor muchas veces más humano que las supuestas posturas humanistas de la iglesia que defienden muchos intereses corporativistas.
El tema es complejo, me temo. Gracias por pasar ¡ :-)
No puedo estar más de acuerdo
Por cierto, gran blog ¡
Gracias, David. Tómate algo que yo invito ;-)
;)
Una pregunta(espero que no moleste que “resucite” esta entrada):
Esta manía de etiquetar casi por etiquetar, ¿a quien se la debemos? ¿A los médicos(psiquiatras) que intentan aplicar su modelo médico a lo mental? ¿También a los psicólogos?
Aunque bueno, en la facultad(estudio psicología) me he encontrado con un profesor que iba totalmente en contra de esta tendencia. Pero supongo que en cuanto psicólogos también hay de todo.
Por otro lado, y algo relacionado con esto, queria comentar una situación que se ha dado en mi familia:
Resulta que mi hermana(deficiente mental severa) fue vista por un psicólogo(especialista en autismo) y le comentó que estaba distanciandose de la realidad, y que podia ser a consecuencia de la epilepsia farmacorresistente.
Luego fueron al neurólogo, el cual les dijo más o menos lo mismo, sólo que añadiendo el término “psicotización”(también es la pérdida de vinculación con la realidad). ¿Cual fue la reacción de mi madre? Pues que ahora está asustada porque dice que eso ya es algo psiquiatrico y que eso parece grave y tal. Cuando en realidad el neurólogo no le dijo nada nuevo, sólo que, eso sí, se sacó ese palabro.
En fin, que me parece que es un ejemplo de efecto negativo de las etiquetas.
Saludos.
Hola David, siento leer los efectos que estos supuestos expertos causan en tu familia. En fin…
Nuestro lenguaje y nuestra cultura es etiquetadora per se, pero se espera de la ciencia otra forma de evaluar y de estudiar los problemas. En el caso de la psiquiatría no ha sido así, y la cosa comenzó a forjarse con Freud y sus seudoexplicaciones basadas en el inconsciente y otros entes abstractos. Pero no hemos mejorado mucho porque la psique como causa ha sido sustituida por la mente y las cogniciones: uno está mal porque tiene la mente mal o porque piensa mal.
Las personas somos como somos y nos comportamos como somos, por la forma y en los contextos en que vivimos. Esta interacción entre nuestros comportamientos (también los verbales y los no observables) y el contexto es la verdadera variable sobre la que trabajar para ayudar a las personas.
Hay que mirar menos dentro, a la mente, la psique y la personalidad, meras etiquetas y adjetivos calificativos que no explican nada, y mucho más fuera, a lo que hacemos y a lo que nos pasa o no cuando lo hacemos.
Un saludo cordial y gracias por aportar tu experiencia.
Y otra cosa que también he vivido es cómo que te digan “tienes depresión”(por parte del médico de cabecera, ¿para cuando un buen servicio psicológico en atención primaria?) influye en tu comportamiento…para mal. También en un familiar muy cercano.
Los extremos se tocan. Tan malo es ponerle etiquetas a todo (yo soy contraria a eso) como no poner ninguna. No hay que confundir el uso popular de los términos psiquiátrico y psicológicos, con su uso clínico (bien hecho). Claro que hay índices y maneras de detectar aun psicópata (de verdad, no un comportamiento “concreto”)y os puedo asegurar que cuando tienes a uno delante en consulta, lo sabes. Pero no son cosas que se tengan que tomar a la ligera, ni etiquetar a diestro y siniestro. Para eso hay un código deontológico y unos códigos de buenas prácticas.
.-= Último post de Mertxe… blog .. ¿Sigues al œrebaño o te desmarcas? =-.
¿Hay psicópatas, depresivos y psicóticos, o hay comportamiento psicópatas, depresivos y psicóticos en función de contextos y situaciones concretas?
No es lo mismo tildar a alguien de obsesivo compulsivo, que observar en qué momentos es más probable que una persona se comporte de forma ansiosa.
Una cosa es aplicar etiquetas generales que sólo causan daño, y otra cosa analizar los comportamientos concretos que deben cambiar y los objetivos vitales que se pueden alcanzar. Esa es la gran diferencia ¡
Las personas no somos de una determinada forma, nos comportamos de formas muy diferentes en función de contextos diferentes y de lo que nos va pasando. Tú no tienes una “personalidad cariñosa” sino que te comportas de forma cariñosa con unas personas más que con otras. Conmigo seguro que menos tras estos debates tan intensos ;) Es broma, gracias por compartir, como siempre ;)
Aiss Alfonso, ojalá pudiera decir que hay comportamientos psicópatas….Que los hay. Pero también hay quién lo es a full time. Por desgracia. Es que la psicopatía es en realidad un trastorno de la personalidad antisocial y eso tiene poquito arreglo….Otra cosas son los “rasgos psicopáticos”.
.-= Último post de Mertxe… blog .. ¿Sigues al œrebaño o te desmarcas? =-.
me gusta el gallopinto y los frijoles recien cocidos