
El Juez, también en complot, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por lo que dijo al acusado: — “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino.”
Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: CULPABLE, pero el hombre virtuoso, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa en los labios, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon de modo airado: — “Pero, ¿qué hizo? ¿Cómo vamos a saber ahora cuál ha sido el veredicto?” – “Es muy sencillo”, respondió el hombre… “Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué”. Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Visto aquí
1.- Cómete el marrón eu la alternativa puede ser peor (versión pesimista).
2.- Una situació desesperada puede convertirse en una ventaja (versión optimista).
3.- Una emboscada bien detectada es una oportunidad estratégica (versión realista tipo sun tzu).
Soñador, gran resumen en tres palabras: marrón, emboscada y crisis. Algo de creatividad e ingenio añadiría yo al protagonista…
¿Así que en momentos cruciales uno mimso tiene la llave para cambiarlos si eres ingenioso y pones a toda máquina tu imaginación?..no termino de verlo tan claro. Los cuentos o historietas en mi caso provocan un efecto intenso pero fugaz, no sé en el resto, así que tanto como cambiar la vida no me da un cuento, pero para repensar un poquillo sí.
Pues sí, anónimo/a… Las metáforas y similares animan más que otra cosa, es decir, cambian el estado de ánimo de forma puntual, y también sirven para “repensar”, como tú dices, para hacerte ver mejor los factores implicados en una situación o problema…
Pero el verdadero cambio, la motivación, se forja en el día a día mediante la planificación y los cambios graduales. El crecimiento del bambú es una buena metáfora de cómo se produce el cambio de verdad ¡ :-)