¿Las conferencias con humor requieren conferenciantes divertidos?
Lo divertido tiene que ser la conferencia, no el conferenciante.
En 2006, cuando publiqué este artículo que ahora he reescrito, escuché a Chiquito de la Calzada contando “sus cosas” en un programa de Canal Sur Televisión donde le estaban haciendo una interviú. Y en un momento de la conversación deslizó este chiste breve:
Ese hombre que se muere un lunes, y dice: qué malamente empiezo yo la semana.

Chiquito de la Calzada, conferenciante con humor
Aparte de esa visión estoica de la existencia que consisten en aceptar los problemas y relativizarlos, no supe en un primer momento qué partido podría sacarle a aquel chiste, cómo podría aplicarlo a mis actividades profesionales como conferenciante, motivador o asesor.
Días después, al intentar contárselo a una amiga me daba cuenta que no daba con la forma exacta:
Ese hombreee, que se muere un luuunes y dice: joe, vaya forma de empezar la semana… No, espera, no es así… qué mal empiezo yo la semana.
No, definitivamente no resultaba tan gracioso.
La poca gracia que tenía la cosa no sólo se debía a que yo no era Chiquito, también a lo importante que es utilizar el vocablo “malamente” en el chiste.
El humor, también el que se intenta aplicar en las “conferencias con humor”, vive de formas y de palabras. Igual pasa con las historias, los cuentos y las metáforas, lo que ahora se llama storytelling.
En ocasiones, cuando la historia, fábula o metáfora lo requieren, suelo leerlas, en vez de narrarlas, para no dejar de utilizar las palabras y los giros adecuados.
Los recursos verbales y, en concreto, los relacionados con el humor, son herramientas imprescindibles para el cambio que deben usar los profesionales de las personas: directivos, managers y supervisores de equipos; conferenciantes, ponentes y formadores; asesores, orientadores profesionales, coaches y educadores; y, por supuesto, comerciales y vendedores.
Pero no te obsesiones con intentar ser un “conferenciante divertido”, como muchos de los conferenciantes de charlas TED, bien por su carisma, bien por su gran estilo y preparación como comunicadores.
En lugar de intentar luchar contra tu supuesta falta de vis cómica, ponte a elaborar una conferencia que sea divertida.
Repito. No es el conferenciante el que ha de ser ser intrínsecamente entretenido, sino su conferencia.
Muchos/as profesionales del asesoramiento y de las conferencias motivacionales tememos enfrentarnos a los clientes y a las audiencias con armas como las metáforas, las historias y los contenidos con humor, que no solo requieren naturalidad sino también ajuste a las motivaciones e intereses de nuestro público objetivo.
Pero no se trata de ser graciosos, se trata de incorporar a la metodología el humor verbal y multimedia y ver qué pasa.
Dar conferencias, informar, aconsejar, recomendar, formar o iniciar el cambio, cualquiera de esas intervenciones será más efectiva con una sonrisa.
Por ejemplo, ¿para qué podríamos utilizar este chiste metáfora en una conferencia con humor o una charla motivacional?
Una madre y su hijo de 5 años están esperando el autobús. Ella dice:
—Hijo mío, dile al conductor que tienes 4 años y así no pagas.
Cuando suben al autobús le pregunta el conductor al niño:
—¿Cuántos años tienes, guapo?
—Cuatro añitos, señor.
—¿Y cuándo cumples los 5?
—Al bajar del autobús.
[…] 10. Treinta artículos del blog han intentado relacionar el humor con la orientación, el empleo, etc. Me quedo con morirse un lunes: […]